El pasado mes de enero el expediente de la candidatura de los «Paisajes del Olivar de Andalucía. Historia milenaria de un mar de olivos», a Patrimonio Mundial en la que está integrada Écija por su vinculación histórica con la producción y comercialización del aceite de oliva, ha superado la evaluación formal por parte del Centro de Patrimonio Mundial.
El Ministerio de Cultura ha remitido a la Diputación de Jaén el documento del Centro de Patrimonio Mundial en el que se indica que la Secretaría del Centro de Patrimonio Mundial ha verificado que la candidatura de los Paisajes del Olivar de Andalucía cumple con la integridad exigida a los expedientes de nominación. Esta primera evaluación ha consistido en una revisión de los aspectos formales y técnicos, sin entrar a valorar si el bien en cuestión posee el Valor Universal Excepcional y demás cuestiones requeridas para su inscripción la Lista del Patrimonio Mundial.
Siguiente paso
A partir de ahora, comienza la fase de evaluación. Para ello, se ha enviado copia del expediente al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). Está previsto que el proceso de evaluación que llevará a cabo este organismo asesor de la UNESCO se realice in situ en otoño de 2024, con el objetivo de que pueda debatirse la inscripción de la candidatura en la lista de bienes en la Asamblea General de la UNESCO de 2025.
La candidatura “Paisajes del Olivar de Andalucía. Historia milenaria de un mar de olivos” a Patrimonio Mundial que pone el foco en un paisaje cultural, agrario, evolutivo y vivo, cuyos valores a conservar tienen que ver precisamente con la continuidad de su productividad y su sostenibilidad económica, ambiental y social. Un paisaje patrimonial que es el resultado del esfuerzo de muchos agricultores y agricultoras, que han dedicado su vida al cultivo y cuidado de estos árboles que han permitido y permiten el sustento de muchas familias y territorios en Andalucía.
14 zonas
Este expediente identifica 14 zonas de paisaje cultural, que se han delimitado en función también de la historia de este paisaje: Montoro y su entorno (Córdoba), Molino Ducal San Fernando (El Carpio, Córdoba), Haciendas de Tavera y La Buzona, (Carmona, Sevilla), Hacienda de San Ignacio de Torrequemada (Aljarafe, Sevilla), Haciendas de La Soledad y Guzmán (Los Alcores, Sevilla), Cortijo La Jara (Jerez de la Frontera, Cádiz), bancales de Nigüelas y almazara de La Erilla del Valle de Lecrín (Nigüelas, Granada), Olivares de Santa Catalina (Orcera, Jaén), El Ruedo (Almedinilla, Córdoba), Alfar de Écija (Écija, Sevilla), Cortijo Blanco (Periana, Málaga), Campiñas de Jaén (Porcuna y Lopera, Jaén), Hacienda La Laguna (Baeza, Jaén), y Zuheros (Sierras Subbéticas Córdoba).
Las zonas elegidas ponen de relieve valores excepcionales, que se concretan en una serie de expresiones materiales e inmateriales que van desde los tipos de parcelas y las variedades de olivar hasta las muestras arqueológicas y arquitectónicas, así como su patrimonio inmaterial, como puede ser la cultura campesina, las tradiciones o los espacios de interpretación, entre otros recursos.
Astigi – Bajo Genil
Écija está integrada en esta candidatura a Patrimonio Mundial de la UNESCO, por su pasado romano, donde se localiza la primera gran especialización olivarera de la Bética en esta época, destacando la producción, exportación y comercio del aceite, que provocó una eclosión manufacturera en los márgenes de los ríos Genil y Guadalquivir, con la implantación de instalaciones de fabricación cerámica, envasado, almacenamiento y sistemas de transporte fluvial del producto.
El patrimonio arqueológico olivarero de Écija es una muestra magnífica de esta especialización productora y exportadora de Andalucía en la Antigüedad. Y una forma muy interesante de acercarse a la romanización del territorio desde la importancia que tuvo la economía rural para su integración en las estructuras económicas, institucionales y culturales del Imperio.
Écija forma parte de esta candidatura como uno de los diez ítem de valoración histórica que la componen, concretamente el referente a Astigi-Bajo Genil, Alfares olearios para el comercio el comercio de la Bética romana.
Las Delicias
El punto de partida sobre de la vinculación de Andalucía con el olivar a lo largo de la historia comenzará en una alfarería romana que se localiza junto al río Genil, a escasos kilómetros del casco urbano de Écija, el yacimiento de Las Delicias.
En esta alfarería se vienen realizado trabajos arqueológicos desde 1996, y en ellos colaboran las universidades de Sevilla y Montpelier (Francia). Durante este tiempo se ha podido documentar las dimensiones y estructura de este edificio, así como realizar una trazabilidad de todo el proceso: la fabricación de las ánforas, el envasado del aceite de oliva, el transporte y el destino, prácticamente desde los inicios del Imperio Romano hasta el siglo III d.C.
El estado de conservación, la localización, el fácil acceso y que es la mejor documentada de las de más de un centenar de alfarerías que se localizan entre el bajo Genil y la desembocadura en el Guadalquivir, hacen del yacimiento de Las Delicias, que se encuentra en el término municipal de Écija, un elemento destacado dentro de esta candidatura para conocer el comercio del aceite de oliva.