Jaén ha acogido este miércoles la reunión de la comisión institucional de la candidatura «Paisajes del Olivar en Andalucía. Historia milenaria de un mar de olivo», ha aprobado definitivamente el expediente a Patrimonio Mundial y ahora inicia el camino hacia la UNESCO para su evaluación formal. Écija es una parte importante de esta candidatura al representar los inicios de la producción del aceite de oliva en la época romana.
Tras la aprobación por la comisión el recorrido del expediente comienza en la Junta de Andalucía, desde donde será remitido al Ministerio de Cultura «y este lo haga llegar a la UNESCO antes del 15 de enero que es el plazo establecido», según ha señalado Paco Reyes, presidente de la Diputación de Jaén, que encabeza la candidatura.
Nueva etapa
Mientras que el expediente es evaluado por la UNESCO, el trabajo continúa sobre el terreno «continuaremos con la comisión de impulso, dinamización e información sobre este expediente, que nos llevará a las 14 zonas de Andalucía incluidas en la candidatura y pondremos en marcha el órgano gestor del bien que será la Asociación Paisajes del Olivar en Andalucía», ha apuntado Reyes, quien ha añadido que a lo largo de 2024 se producirá la evaluación formal, el panel de aclaraciones al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), y la visita presencial de evaluadores en Andalucía.
En el verano de 2025, la Asamblea General de la UNESCO debatirá la inscripción de la candidatura y su declaración como Patrimonio Mundial. “Creo que el objetivo se ha cumplido, contamos con un magnífico expediente que no nos cabe la menor duda, merecerá el apoyo de la UNESCO”.
La candidatura “Paisajes del Olivar en Andalucía. Historia milenaria de un mar de olivos” a Patrimonio Mundial que pone el foco en un paisaje cultural, agrario, evolutivo y vivo, cuyos valores a conservar tienen que ver precisamente con la continuidad de su productividad y su sostenibilidad económica, ambiental y social. Un paisaje patrimonial que es el resultado del esfuerzo de muchos agricultores y agricultoras, que han dedicado su vida al cultivo y cuidado de estos árboles que han permitido y permiten el sustento de muchas familias y territorios en Andalucía».
14 zonas de paisaje cultural
Este expediente identifica 14 zonas de paisaje cultural, que se han delimitado en función también de la historia de este paisaje: Montoro (Córdoba), Molino Ducal (Córdoba), Soledad y Guzmán (Sevilla), San Ignacio (Sevilla), Tavera y Buzona (Sevilla), Cortijo La Jara (Cádiz), Nigüelas (Granada), Olivares de Santa Catalina (Jaén), El Ruedo (Córdoba), Alfar de Écija (Sevilla), Cortijo Blanco (Málaga), Campiñas de Jaén (Jaén), Hacienda La Laguna (Jaén), y Zuheros (Córdoba).
Las zonas elegidas ponen de relieve valores excepcionales, que se concretan en una serie de expresiones materiales e inmateriales que van desde los tipos de parcelas y las variedades de olivar hasta las muestras arqueológicas y arquitectónicas, así como su patrimonio inmaterial, como puede ser la cultura campesina, las tradiciones o los espacios de interpretación, entre otros recursos.
Junto a la Diputación de Jaén, la comisión institucional de la candidatura está formada por las diputaciones de Córdoba, Granada, Sevilla y Málaga, las universidades de estas provincias, la Junta de Andalucía, las organizaciones agrarias y fundaciones como Savia y Juan Ramón Guillén.
Astigi – Bajo Genil
Écija está integrada en esta candidatura a Patrimonio Mundial de la UNESCO, por su pasado romano, donde se localiza la primera gran especialización olivarera de la Bética en esta época, destacando la producción, exportación y comercio del aceite, que provocó una eclosión manufacturera en los márgenes de los ríos Genil y Guadalquivir, con la implantación de instalaciones de fabricación cerámica, envasado, almacenamiento y sistemas de transporte fluvial del producto.
El patrimonio arqueológico olivarero de Écija es una muestra magnífica de esta especialización productora y exportadora de Andalucía en la Antigüedad. Y una forma muy interesante de acercarse a la romanización del territorio desde la importancia que tuvo la economía rural para su integración en las estructuras económicas, institucionales y culturales del Imperio.
Écija forma parte de esta candidatura como uno de los diez ítem de valoración histórica que la componen, concretamente el referente a Astigi-Bajo Genil, Alfares olearios para el comercio el comercio de la Bética romana.
Las Delicias

El punto de partida sobre de la vinculación de Andalucía con el olivar a lo largo de la historia comenzará en una alfarería romana que se localiza junto al río Genil, a escasos kilómetros del casco urbano de Écija, el yacimiento de Las Delicias.
En esta alfarería se vienen realizado trabajos arqueológicos desde 1996, y en ellos colaboran las universidades de Sevilla y Montpelier (Francia). Durante este tiempo se ha podido documentar las dimensiones y estructura de este edificio, así como realizar una trazabilidad de todo el proceso: la fabricación de las ánforas, el envasado del aceite de oliva, el transporte y el destino, prácticamente desde los inicios del Imperio Romano hasta el siglo III d.C.
El estado de conservación, la localización, el fácil acceso y que es la mejor documentada de las de más de un centenar de alfarerías que se localizan entre el bajo Genil y la desembocadura en el Guadalquivir, hacen del yacimiento de Las Delicias, que se encuentra en el término municipal de Écija, un elemento destacado dentro de esta candidatura para conocer el comercio del aceite de oliva.