Miles de personas se han concentrado en el centro de Écija, en algunos casos durante horas, con un solo objetivo, asistir en primera personas a un evento que no se producía en la ciudad desde 1916; una visita real.
Lo que menos se puede esperar de una visita real es que con motivo de la misma no exista un gran recibimiento por parte de la ciudadanía. Esto es precisamente lo que le ocurrió al rey Felipe V cuando llegó a Écija una noche de junio de 1730.
Contaba apenas 19 años cuando el rey Felipe IV, asesorado por el conde-duque de Olivares, inició un viaje desde Madrid en dirección al Sur de la península para conocer de cerca los problemas del Estado; corría el año 1624. Entre los lugares previstos para visitar estaba Écija
A comienzos del pasado siglo el rey Alfonso XIII acompañado de la reina María Victoria Eugenia llegaron a Écija. Esta era hasta el momento la última visita de un monarca a la ciudad