El apoderado de una finca de Écija ha sido condenado a tres meses de cárcel y multas de 180 y 360 euros por construir sin autorización un pozo y una presa sobre un arroyo público, cuyas aguas utilizó para regar un olivar y otros cultivos sobre una superficie de 416 hectáreas.
La sentencia del juzgado penal 6, a la que ha tenido acceso Efe, recoge que el acusado M.M.M. construyó alrededor de noviembre de 2006 un pozo sobre el arroyo conocido como Las Cruces o El Nuño «con el fin de desviar las aguas públicas para utilizarlas en su beneficio».
Además, levantó una presa con materiales de obra, especialmente hormigón, sobre el arroyo, con tres huecos para permitir el paso de las aguas pero toda la que superaba el nivel de la presa caía en una arqueta, desde la cual era conducida por tres tuberías hacia una balsa de unos 20.000 metros cuadrados de superficie y seis metros de profundidad.
Precisa la sentencia que una inspección de la Guardia Civil el 24 de febrero de 2009 detectó que «todo el caudal del arroyo aguas abajo del dique se derivaba a la balsa, de modo que el cauce estaba seco».
Desde la balsa, añade, el agua así sustraída se utilizaba para el riego por goteo del olivar y otros cultivos plantados en la finca de la que el acusado era apoderado.
Cuando el procesado supo de la actuación policial, tapó la arqueta y el agua del arroyo «volvió a circular normalmente».
Las obras no habían sido autorizadas por el Ayuntamiento de Écija ni por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), quien además le había denegado expresamente la construcción de la balsa en una resolución de junio de 2008
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