Pasadas las Elecciones,
ya pasé el trago indecente
de saber si, por coxones,
me la meto o me la meten…
Ha sido un visto y no visto,
para seguir como siempre:
con los mismos señoritos
y con los mismos clientes.
Aunque quizá la bisagra
que mantenía el pesebre,
con los nuevos resultados
Susanita ya la pierde
y va quedándose sola,
solamente con su gente
(que Izquierda Unida ha perdido
con los votos, el chupete)
Ahora será cuestión
de ver cómo se aparecen
los que ya se aparecieron
tan chulos y de repente:
PODEMOS, por si lograra
vivir de la buena suerte
de hacer posible los sueños,
con los sueños que se atreven;
CIUDADANOS, por si acaso
pueden llegar a ese frente
de las nuevas elecciones
-que, tan cerquita, se advierten-
con los mismos resultados
que en estas le hicieron fuerte
(que, a la postre, han sido ellos
bisagras y referente
de las llaves del gobierno:
pues, sin ellos, no se puede)…
Susana se queda sola
sacando cuarenta y siete;
pues, faltándole hasta ocho,
Ciudadanos, va y la mete.
De todas formas yo digo
que tiene guasa mi gente;
ésta que, siendo tan pobre,
vivió en la miseria siempre
y que en la miseria vive
porque vota y porque quiere
que sigan los que llegaron
a afanarle los parneles,
por la cara y con el trato,
con la rosa y el sainete
del te “doy tres por cuatro”…
y quedarse con los siete.
De todas formas yo digo,
que se equivoca el que quiere:
que cambiar los señoritos
que, con jacas y caireles,
hollaban la tierra nuestra
viviendo de nuestra frente,
por estos otros que ahora
en las urnas se nos meten
y, después de tantos años,
siguen hincándonos dientes
-entre juergas y entre putas-
con chanchullos y con ERES,
y siguen viviendo acuestas,
tratándonos como siempre…
o es cosa de la ignorancia
o es cosa que nadie entiende.
Que el secreto que vivimos
con el voto que se pierde,
sólo el andaluz lo sabe,
aunque nadie la comprende:
Los partidos buscan votos,
Susana tiene clientes.
