En estos últimos meses, tuve muy presente a Don Miguel de Cervantes en mis artículos. No podía ser de otra forma: mi admiración por él es inmensa pero, además, los hechos que andan ocurriendo en nuestro país, de un tiempo a esta parte, nos exigen una profunda reivindicación de su filosofía, de su literatura, de toda su aportación a nuestra Historia Común.
>Es triste que sólo un 7% de los españoles haya leído El Quijote cuando está reconocida como la novela más influyente en el pensamiento contemporáneo, aparte de ser, tras la Biblia, la obra más traducida y editada desde la invención de la imprenta (¡si estos datos los ostentara Shakespeare, no veas lo que hubieran montado los ingleses!)
Es patético que, en pleno IV Centenario de la muerte del más insigne escritor de la Literatura Universal, los responsables del Medio de Comunicación más importante de la Administración Pública (léase, Televisión Española), haya elegido como representante de nuestro país en el Festival de Eurovisión, a una señorita que exige representarnos cantando en inglés. Tan patético como que la R.A.E. tenga que salir –día sí y al otro también- en defensa de esa Lengua nuestra, por los continuos atentados que sufre por parte de casi todos los demás medios de comunicación, de la clase política y, lo que es peor, hasta de muchos docentes, que porfían -hasta el ridículo- por imponer lo absurdo de lo que se ha venido a llamar “lenguaje no sexista”.
Pero, además de todo lo dicho, es tristísimo para mí comprobar que, tras cuatro siglos, aún seguimos sin enterarnos de los magníficos consejos que nos dejó Don Miguel de Cervantes. Aquí recuerdo algunos de ellos, extraídos de una sola de sus páginas y que hace poco recogí en uno de mis artículos:
“Has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey.”
“Haz gala de la humildad de tu linaje y no te desprecies de decir que vienes de labradores, porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte, y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio”
“No hay para qué tener envidia a los que tienen padres y abuelos príncipes y señores, porque la sangre se hereda y la virtud se aquista y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.”
“De todo aquello que la mujer del juez recibiere ha de dar cuenta el marido”
“Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre.”
“Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.”
“No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres las más veces serán sin remedio, y será a costa de tu crédito.”
“Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros.”
“Al que has de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones.”
“Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra.”
“Sea moderado tu sueño, que el que no madruga con el sol, no goza del día; y advierte que la diligencia es madre de la buena ventura y la pereza, su contraria, jamás llegó al término que pide un buen deseo”
Como decía en un artículo anterior, me da en las narices que la mayor parte de nuestros políticos no están en ese 7% de españoles que ha leído el Quijote con provecho, porque mucho me temo que este olor a poder y faltriquera que nos invade, se debe más al exceso de la ignorancia que al de las letras… y quizá, por eso, desgraciadamente, España sigue siendo diferente.