De este modo lo han presentado los responsables de la empresa Geres Energías Renovables España, fruto de la conjunción de la empresa alemana Geres y la ecijana Marín. Un proyecto que ha sido presentado por la empresa en el marco del Palacio de Santaella, con la asistencia de los presidentes de ambas empresas, Werner Zscherpre y Antonio Marín, respectivamente, así como del viceconsejero y delegado provincial de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, Jesús María Rodríguez y Francisco Álvaro, además de una amplia representación municipal con el alcalde, Juan Wic, al frente.
Este proyecto, bautizado como “Écija, Ciudad del Sol”, supone una inversión de 62 millones de euros. Se encuentra situado a 8 kilómetros de Écija, en dirección a Palma del Río y ocupa una superficie de 360.000 metros cuadrados. Un emplazamiento minuciosamente proyectado, desde el trazado de los viales y los edificios auxiliares al vallado vegetal de la parte noreste, previsto con vegetación alta, para evitar así reflejos no deseados hacia la carretera.
Los módulos solares se encuentran orientados al sur, para un mayor aprovechamiento del recorrido solar. Cada módulo consta de 5 filas de placas solares y 75 columnas. Con una inclinación y una distancia óptima entre ellos para evitar que se tapen unos a otros, recibiendo así la máxima luz solar posible. Con una potencia instalada de 8,736 Kwp, se convierte en el proyecto fotovoltaico más grande de España, en la base de módulos de capa fina, produciendo electricidad suficiente para abastecer a 4600 hogares. Además, con esta energía limpia, se están dejando de emitir 51 millones de toneladas deCO2, equivalente a las emitidas por 10 millones de coches.
Todos los intervinientes en el acto de presentación del proyecto, cuyas obras comenzarán inmediatamente, han destacado el hecho de que la energía solar es una forma limpia e inagotable de obtención de energía eléctrica a través de paneles fotovoltaicos, que generan una corriente eléctrica que posteriormente se inyecta en la red. En concreto, el proceso se inicia con la incidencia de la luz solar sobre la placa, generando en la célula fotoeléctrica un impulso en forma de corriente continua. Desde aquí llega hasta el inversor, que la transforma en corriente alterna en baja tensión, controlando la calidad y uniformidad de la señal. Después pasa por un sistema de protección de la instalación, un contador y el centro de transformación donde la señal se transforma en corriente alterna en media tensión y, a través del tendido eléctrico, llega hasta la subestación de Écija y de ahí a la red general.
