.-Algo menos de trescientas personas –casi el aforo completo- han asistido a la reapertura de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, el Palacio de Peñaflor, el cual ha permanecido cerrado al público varios años.
La música ha sido la excusa perfecta para reabrir este monumento, y para la ocasión se ha elegido una obra de finales del siglo XVI compuesta por música y poesía, que bien podría haber sido interpretada en su momento como entretenimiento palaciego en cualquiera de las estancias de este monumento nacional.
La obra, titulada “El Cancionerillo de Écija”, ha servido para embarcar a los asistentes en un viaje en el tiempo a través de la música y la poesía hasta la Écija de los siglos XVI o XVII, y como si de un “túnel del tiempo” se tratase, asistir a un acto social de la nobleza de aquella época.
La pieza ahora rescatada del Archivo Municipal, y perteneciente a los Fondos del Marquesado de Peñaflor, representa una reunión de nobles, donde entre los protagonistas –tal y como se ha representado- encontramos a personajes como la Duquesa de Frutos, el Barón de Mulder o el Marqués de Peñaflor, interpretados para la ocasión por Rocío de Frutos, Juan Carlos de Mulder y Alfonso Ruiz respectivamente.
“El Cancionerillo de Écija” se recuperó para su reestreno en Baeza en 2007, por el musicólogo Javier Suárez con los arreglos de Juan Carlos de Mulder. El legajo contiene una serie de piezas poéticas que conforman un todo junto con la parte musical. El autor es anónimo, aunque algunos de los poemas se le atribuyen a Lope de Vega.
La puesta en escena del “Cancionerillo de Écija” ha servido para abrir al público el Palacio de Peñaflor, una joya del barroco ecijano que permanecía cerrada tras un intento de convertirlo en un hotel de cuatro estrellas.