Susanita tiene un ratón y, como no adelante las elecciones, se queda sin él. En el fondo, es lo único que pasa.
A nivel nacional, el líder de su partido anda dejando flecos y pelusillas por todas partes: en cuanto hay un buen marrón en España (léase Generalidad de Cataluña y sus ocurrencias) empieza a hacer mutis por el foro, se sube al avión oficial y se quita de en medio más raudo que el ratón de marras. Yo no sé si lo del doctorado de don Pedro será verdad o mentira, pero lo que es una carrera, a Sánchez le salen mejor que a Ussain Bolt.
El caso es que Susanita se ha dado cuenta del asunto y del ridículo que el jefe anda haciendo encima del alambre y con tanto ministro en la picota; y sabe, también, que de aquí a poco tiempo, empezarán a salir las sentencias de los EREs y toda la corrupción que el PSOE andaluz implantó en éste -su cortijo-, durante los cuarenta años que llevan usándonos… y, aunque sabe también, que el voto pesebrero que ha generado puede ser el voto más fiel, creo que ha percibido llegado el momento en el que hasta muchos de sus clientes (verdaderos “andaluces-lapas”) están sintiendo la vergüenza de saberse tan abusados: que una cosa es vivir de la picaresca y otra, bien distinta, mamar hasta la servidumbre.
Después de cuarenta años, nuestra Comunidad, quizá la más rica de España por tierras, costas, Sol, habitantes y materias primas, sigue siendo su vagón de cola: la de más paro, mayor fracaso escolar, menor progreso y más alto índice de pobreza,… Habrá quien diga que, por ejemplo, en Sanidad estamos muy bien; sin embargo, hasta en eso el mérito ha sido ajeno: lo han conseguido los sufridos profesionales sanitarios, porque Andalucía es la que, con diferencia, menos gasta por habitante en sanidad y sufre, por ello, de las plantillas más cortas y peor pagadas de toda España.
Pero no sólo es la Sanidad. En la Educación pasa lo mismo (y no me refiero solamente a la falta de instalaciones adecuadas, sino también a los recursos empleados). De hecho, mientras en Cataluña o el País Vasco disfrutan hasta de profesores de catalán o euskera, al comenzar el curso en Andalucía suelen faltarnos los de materias básicas como las Matemáticas o la Física. Eso sí, nos salva la iniciativa privada y la calidad de nuestra gente, el Sector Servicio y el Sol que nos calienta y que les resulta gratuito a los guiris que nos invaden.
Pero la paciencia tiene un límite y la mayoría de los andaluces ya estamos hartos de que, además, de pagar los saraos de estos nuevos señoritos, que se van de mariscos, putas y coca con los dineros de todos, nos pidan que le riamos las gracias al ratón de Susanita.