Imaginemos que dos amigos, a principio de verano, se encuentran en el Salón de Écija y mantienen una buena conversación:
– ¡Cayetano! ¡cuánto tiempo sin verte por Écija! ¿Todo bien?
– Hola Evaristo, me alegro muchísimo de coincidir contigo. Sí todo muy bien, liado, como siempre.
– Bueno, ¿y cómo se presentan las vacaciones?
– Pues hemos decidido irnos una semana al Caribe y a la vuelta pasar unos días por Venecia y París. Estas vacaciones serán inolvidables. ¿Y las tuyas?
– Amigo, pero eso es mucho dinero y encima de todo no disfrutas de tu tierra, de nuestra Andalucía. Pues yo antes de esos viajes prefiero conocer mis raíces y estaremos por Tarifa, Conil, Zahara de los Atunes e iremos unos días a Fuengirola. Sí, yo no puedo vivir sin mis playas andaluzas.
Seguro que esta conversación os resultará muy familiar, cada vez que empiezan las vacaciones nos dividimos y algunos pensamos como Evaristo y otros como Cayetano.
Hay personas que prefieren ser como Cayetano, buscar experiencias nuevas viajando por el mundo, aprender otras culturas, comprobar que el mundo no acaba en España y ver lugares que jamás pensarían que podían tener la oportunidad de visitar, totalmente respetable.
Otros, como yo, pensamos igual que Evaristo. Desde mi punto de vista creo que si no has viajado por tu tierra, si no has probado unas buenas gambas de Huelva, un espeto de sardinas de Málaga o unas tortillitas de camarones de Cádiz realmente no eres andaluz.
Como andaluces debemos recorrer cada rincón de nuestra tierra antes de viajar por el mundo o por lo menos eso pienso. Hay muchas playas que merecen la pena disfrutar; Mojácar, Cádiz, Conil, Tarifa, Fuengirola, Punta Umbría, Isla Cristina, Antilla…
Pero no todo es playa, para esas personas que realmente no les interesan la costa en Andalucía tenemos un turismo alternativo y de cinco estrellas. La Alhambra, uno de los lugares más hermosos de Granada, aunque si lo que buscas es montaña Sierra Nevada es el sitio ideal y en verano hay muchas actividades; la Mezquita de Córdoba; la Giralda, la Plaza de España y esos paseos por el río Guadalquivir…
Estoy de acuerdo que en ocasiones es interesante salir de España pero hay quien asegura que no hay mejores playas que las andaluzas, esos chiringuitos, ese buen ambiente, esas familias disfrutando de las mejores vacaciones del año. Familias que, como yo, prefieren gastarse sus ahorros destinados a las vacaciones aquí, colaborando con la economía andaluza antes de invertirlo en el extranjero, soy así de raro.
Andalucía es única y eso realmente lo saben los que vienen de fuera y cada año vuelven. Con el tiempo algunos de esos extranjeros enamorados del sol y nuestras costumbres se instalan en las costas para vivir su jubilación y respirar aire limpio de la brisa del mar.
¿Quién no ha ido a Matalascaña y de camino ha parado en la Aldea de El Rocío? ¿Quién no ha estado en Fuengirola y ha saludado a otro ecijano? ¿Quién no ha visitado la playa de Bolonia y ha subido la duna contemplando las maravillosas vistas?
Las personas que pensamos como Evaristo disfrutamos cada día de la suerte que tenemos de vivir en el lugar que nos ha tocado, que el único idioma que entendemos es el sol y que sentimos nuestra tierra cuando estamos lejos de ella porque Andalucía es la Semana Santa de Sevilla, los Carnavales de Cádiz, los Patios de Córdoba y el barrio del Albaicín de Granada. También es la tierra de ilustres como Antonio Gala, Rafael Alberti, Federico García Lorca o Pablo Picasso. Andaluzas son la Mezquita, la Giralda, la Alhambra y tantas maravillas.
Blanca es la paz y verde es la esperanza, esa es nuestra bandera. Pero sólo es eso, una bandera, lo demás lo pones tú. Tenemos que estar orgullosos de ser andaluces.
Risas. Recuerdos. Un abrazo. Un beso inesperado. Vacaciones. Caminar por la orilla de la playa. Atardecer. Largas conversaciones. Retrasar el despertador. Oler el protector solar. El fresquito del aire acondicionado. Escuchar la canción del verano. Momentos improvisados… Pequeños Placeres de la Vida.
Os deseo felices vacaciones.
Alejandro Álvarez
