Bueno pues llegó el día, son las 10.30 aproximadamente del 2 de febrero, de casa de Ario sale el trabajo que durante las últimas semanas se han estado elaborando, son los disfraces, los cuales se trasladan de inmediato al autobús; es la primera vez que ven la calle, y en pocas horas serán presentados en el Gran Teatro Falla, sí, es el día, hoy vuelven a la casa de los ladrillos coloraos, ya ha pasado un año.
Los nervios se reflejan en sus caras, en sus risas, tropiezan, no encuentran su maleta, a alguno se le ha olvidado algún detalle, otro llega diciendo que tiene garraspera de garganta jajajajajaj son los nervios. Mientras unos colocan con mimo sus cosas en el autobús, los más rezagados van llegando. Se saludan, abrazan, las mujeres y novias hablan entre ellas, los familiares siempre a su ladito abrigando esta fría mañana pero luminosa, parece que ha despertado un día buenísimo, soleado y alegre, a ver como se les presenta el viaje y a ver lo que le espera en la Tacita de Plata.
El autobús sale casi a las 11,15h y con un componente menos, la mujer de Jose (el conejo) está con dolores de parto y todo hace ver que hoy este chaval no cantará en el Falla. Dentro del autobús más nervios, unos se levantan, van hacia un lado, hacia el otro, se ríen, hasta canturrean, algún chiste y anécdota que otra, en fin van dejando atrás la ciudad astigitana para ir comiéndose kilómetros hacia Gades.
Después de cruzar el puente Carranza y con más de uno casi puesto en pie mirando el autobús, el gusanillo hace que brillen los ojitos de más de uno con un recuerdo, una ilusión, un sueño, las palabras de alguien que ya no está entre nosotros, en fin mil historias que hacen que les recorra un escalofrío por el cuerpo aunque la calefacción del autobús esté a tope.
Llegamos a las puertas de la Caleta, descargan los disfraces y atrezo y se disponen a andar caminito a la peña Pedro Romero. Una peña situada en una calle a pocos metros del mar, viñera cien por cien, con encanto, carnavalera y con estilo propio, rodeada de cintas de video, cintas de casette y de los Cd de ahora, con sabor añejo, a mar, con olor a vino fino y a pescaito frito, aunque hoy a lo que más huele es a paella.
Poco a poco van poniendo las mujeres y familiares con muchísimo cuidado los disfraces y sombreros perfectamente ordenados, los más rápidos ya tienen vino y cervecita en mano. Se van calmando los nervios, pero aparentemente, a medida que se acerca la hora, se dicen más pamplinas jajajja, ¿será el vino? no sé no sé, están muy graciosos y de pronto…. Buenas noticias, el compañero que se quedó en tierra viene de camino a Cádiz, parece que no es el momento de ser padre, su novia está mejor, ha sido una falsa alarma, sin duda este futuro hijo va a ser un gran carnavalero seguro.
Terminan de comer y se dan su vueltecita por Cádiz, uno por el campo del sur, otros por la caleta y otros a tomar cafelito a la plaza de la Catedral.
A las 17,30h, más o menos, comienzan a maquillarse, por su puesto las compañeras de fatiga son las que hacen este trabajo, por lo que veo poquito maquillaje porque no les hace falta, un poco de polvos y coloretes, el protagonista es el disfraz o tipo, como se le llama en Cádiz, es obra de Armenta y a la costura Arios. Disfraz llenos de detalles y colorido, simpático y vistoso, como dicen aquí en la Tacita, tiene empaque.
Ahora sí que sí, ya casi todos disfrazados los nervios en sus caritas y en el estómago de más de uno, porque he ido al servicio y pufff, bueno bueno…. Jajajjajaj
Que guapos!! Gritan las mujeres, como puedo los coloco en la calle para que se hagan una foto todos juntitos, aunque está claro que ni caso, sus miradas todas dirigidas a sus familiares que los riegan con un manto de fogonazos de los flases de los móviles y cámaras, es su momento, son los protagonistas de hoy. Estoy seguro de que a ninguno se les olvidará este dos de febrero, gran día, gran domingo, tarde espléndida en todos los sentido, en climatología y en ambiente. Hoy se olvidan las pequeñas peleas de los ensayos, hoy son una familia más que nunca, hoy son compañeros, chirigoteros que vienen a mostrar su repertorio a la ciudad reina del carnaval.
Caja y bombo dispuestos a marcar el ritmo de pasacalle caminito del Falla, “pummm” ahí los tenemos, del primero al último comienzan a desfilar acompañados de todos nosotros, hay alguno que otro serio, pero seguramente es concentración porque la mayoría tiene dibujada una gran sonrisa.
Llegamos a la plaza del Falla, se colocan, vuelven a hacerse unas fotitos de rigor y se dirigen a la puerta trasera del teatro que es por donde acceden los grupos. Todo perfectamente organizado, ya tienen su camerino, ya están preparados para calentar voces, se colocan para la foto, primero solos, luego con familiares y amigos y a calentar.
Una vez hecho esto, se van al pasillo de la muerte, yo lo llamo así porque es donde los nervios están más a flor de piel, se escucha el final de popurri de la agrupación que va delante de ellos, entran las guitarras para afinar y a los pocos segundos van entrando ellos, se disponen a colocar el atrezo, se miran a ver si están sus sombreros bien, coloretes, cintas, bien, está todo bien, hacen su grito de guerra y se colocan en posición de juramento al cargo, se sube el telón y ya están en el Falla; ahora comienza su actuación.
Unos veintidós minutos que se hacen eternos, si todo está mal, y que pasan volando si la gente conecta y disfruta con ellos, en este caso ellos se ven tranquilos y disfrutando.
La presentación de éstos alcálderes muy animada muy bien cantada, afinadita y bien acogida por el público, que está un poco frío desde el principio. Bien recibido también la forma de presentarse con el juramento al cargo y el tipo colorido y vistoso, yo que estoy en el foso de prensa, además de un sitio privilegiado, me fijo en todos los detalles y veo que más de un periodista se muerde la risa y escribe disimulando que le ha gustado, bajo mi opinión, son un poco mala gente, no todos, la mayoría, pero bueno…
El primer pasodoble muy bien cantado, aplaudido más que por la letra por la afinación. Algunos entendidos pueden decir que es un pasodoble acomparsado, también pueden decir esto del tipo; para gusto los colores.
El segundo pasodoble igual que el anterior; pasodoble crítico también aplaudido por el público que aún sigue frío pero a ellos ya se les va viendo más relajados, se les nota sueltos y con ganas de cantar los cuplés. Cantan los cuplés con risas y aplausos pero el público está un poco tímido y exigente, eso sí, casi desde el principio del popurri la gente no para de reír, incluso tienen que parar porque arrancan los aplausos entre cuarteta y cuarteta, la final la mejor, rematan con una boda entre un chino y una gitana entradita en carne, buenísimo!!. La gente se queda con ganas de más y ellos se van con buen sabor de boca. En la puerta trasera los esperan los familiares y amigos, ellos loquitos de contentos e igual de emocionados que subieron: se besan y abrazan, chocan sus manos con fuerzas, en sus cabezas la gente más querida, los que están, los que se quedaron en Écija y los que ya no están con nosotros. “Chirigotón”, muy bien cantadita, afinadita y con grandes golpes, ahora queda la vuelta atrás, doscientos kilómetros nos esperan, pero hay unos minutitos para brindar y celebrar lo bien que ha salido todo, desde mi persona, mi enhorabuena, me alegro que todo haya salido tan bien y entre abrazos y saludos ahí os dejo mi crónica, de este día en el falla.
Jerónimo Díaz
Enviado especial de EcijaWeb.com a Cádiz
