El 4 de marzo de 2015 las últimas monjas del convento de San José, conocido popularmente como “Las Teresas”, abandonaban Écija motivado por la decisión de la orden de las Carmelitas Descalzas de cerrar el cenobio después de tres siglos y medio.
La marcha de las monjas no estuvo exento de polémica porque varios días del cierre definitivo, las bienes muebles que se conservaban en su interior, fueron trasladados, según se cree, a otros conventos de la orden.
El convento de Las Teresas fue el primer Monumento Nacional de la ciudad, además de contar con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), algo que puede suponer, según han mantenido desde el comienzo la asociación Amigos de Écija “una ilegalidad”, ya que la protección también debería de cubrir a los bienes que acogía el convento, algunos de ellos considerados obras de arte, a esto se suma que el edificio debería de poderse visitar al menos cuatro días al mes, según la ley vigente.
Un año después de la marcha de las últimas Carmelitas Descalzas, nada se sabe de las reclamaciones presentadas por la asociación ecijana que desde un primer momento puso en conocimiento de los hechos a las autoridades municipales llevándose el asunto a pleno en octubre de 2015, donde se acordó pedir a la Junta de Andalucía que inste a los propietarios del edificio, para que lo abra al público.
Sobre el “expolio” de los bienes, tal y como lo calificaban desde Amigos de Écija, en abril comenzaron la conversaciones entre la asociación y el representante de las Carmelitas Descalzas para evitar, según señalaba el abogado Fernando Osuna “alcanzar un acuerdo “extrajudicial, mediante el diálogo” e intentar evitar los tribunales.
En ese momento el abogado recordaba que existe un acuerdo entre España y El Vaticano que apoya la petición que se realiza desde Écija “la Iglesia reitera su voluntad de continuar poniendo al servicio de la sociedad su patrimonio histórico, artístico y documental y concertará con el Estado las bases para hacer efectivos el interés común y la colaboración de ambas partes, con el fin de preservar, dar a conocer y catalogar este patrimonio cultural en posesión de la Iglesia, de facilitar su contemplación y estudio, de lograr su mejor conservación e impedir cualquier clase de pérdidas en el marco del artículo 46 de la Constitución”
Sobre el artículo 46 de la Constitución Española, Osuna señalaba que “los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio”.
Al mismo se destacaba el artículo 348 del Código Civil, donde se habla de la propiedad de las cosas “el poder para disponer de determinados objetos se encuentra afectado por aspectos sociales, culturales y geográficos. Ello permite que determinadas obras de arte tengan que estar afectas a una ciudad concreta”, en este caso concreto el abogado concreta que Écija existen muchos lugares en los que se puede depositar este patrimonio artístico, por lo que no existe justificación para sacarlo de la ciudad.
Cuando se cumple un año sin haber alcanzado un acuerdo entre las partes, con el convento cerrado y sin conocer el paradero de las bienes muebles que en él se conservaban, la asociación Amigos de Écija plantea algunas acciones a realizar en los próximos días, una de ellas podría ser la recogida de firmas en las inmediaciones del convento en la calle Del Conde.
El convento de San José “Las Teresas”, se localiza en un palacio del Conde de Palma, un edificio de estilo mudéjar del siglo XIV en pleno centro de la ciudad. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1931 y acoge la orden de clausura de las Carmelistas Descalzas desde 1643, hasta marzo de 2015 en el que las últimas monjas se marcharon del convento.
