-¡Mire que somos especiales! Nos inventamos cada “palabro” que no hay quien se entere de nada y eso aquí abajo en la Andalucía interna el reducir nombres, cambiarlos o buscar apodos es de lo más normal. Dijo en un suspiro la del quinto escenario vecinal.
-¿De qué me habla querida? Le dije saboreando una manzanilla con hielo.
-De los” fofisanos”. Un término inventado para evidenciar una realidad muy real y que después de ver tanto músculo, tanta tableta de chocolate se nos había olvidado que también existen los “fofisanos”, es decir los hombres que no tienen abdominales. Repelentemente señaló a su Don Hombre esparrancado a la sombra de su maravilloso umbráculo, saboreando como un haragán el hollejo de un racimo de uvas negras.
Estoy segura que muchos conocemos centenares de ejemplos de señores que manteniendo una forma física aceptable, lucen sin complejos una barriguita de cebada bien discreta. Vamos, lo que viene siendo el 95% de la población masculina mundial. (Más o menos, tampoco me he parado a contar)
Me puso mi querida del quinto como ejemplo a conocidísimas figuras del cine como Di Caprio, Hugh Jackman, George Clooney, etc. En fin a todos ellos le sienta genial el ser “fofisano”, pero tampoco nos vamos a ir tan lejos seguro que tenemos muchos casos cerca.
-Peligrosa combinación la rubia, la tapita y el “tumbing”. Rió mirando su consola con tres vasos.
-Pues razón tiene, amiga.
La inventora de la palabra nos es otra que Mackenzie Pearson, una joven de Clemson, que escribió un artículo en la web ‘The Odyssey’ sobre la atracción de las mujeres hacia el ‘dad bod’, es decir, el ‘cuerpo de padre’, y de ahí saltó a la fama mundial el traducido termino del “fofisano”.
-Naturales y atractivos, ¡hombre! , así tienen que ser. Se adelantó a señalarme rápidamente.
-Hay para todos los gustos, Señora.¡¡¡Pero esas tabletas de chocolate…!!!
– … ¿esas tabletas de chocolate? Engordan mucho. Dijo arqueando la ceja derecha de su cara de diablesa.
Lo cierto y verdad es que la atracción al chocolate dice la creencia popular en su vena más romántica lo identifica como un afrodisíaco. Dicen que esas propiedades están asociadas con el sensual placer de su comerlo.
-Entonces, ¿cada vez que mi tendero me da a probar bombones es que me está lanzando una indirecta o qué?
-Uffff, vecina del quinto eso se lo tendrá que preguntar usted. Yo ahí ni corto ni pincho. Le señalé mirándola regar su espectacular hiedra. Aunque, querida, no hay prueba de que el chocolate sea un excitante.
-¡Qué pena por Dios con lo que me gusta el chocolate en polvo! Jajajaja.
En fin a lo que iba que los “fofisanos” están de moda que no hay que ocultar “tripita”, tanto running si al fin y al cabo la evolución lo dice, primero nos sentimos atraídas por el cazador cavernícola, después por los hombres de campo, rudos; pero ahora ni por los peludos cavernícolas ni por los rudos campestres, ahora todo es pura tecnología hemos cambiado y con ello el paradigma reproductivo.
-Eso sí las mujeres seguimos necesitando a los “fofisanos”… Dijo mirando fijamente a una botella de un litro, color marrón transparente, o color piel, o… que se yo de qué color y lo hizo sin pestañear, como perdida en un rezo sin explicación.
-Y a los tableta!… ¿Pero oiga que mira en la botella? ¿Pasa algo?
-Solo rezo. Dijo
-¿Reza a una botella? Pregunté
-¡Querida cada cual adora a lo que le viene en gana! Y se levantó guiñándome un ojo. Ahora vuelvo voy a por una ristra de chorizo o cecina como prefiera, sus gustos son reconocidamente exquisitos. Dijo sonriendo.
Y se marchó en busca de sus manjares un día más y allí me dejó atónita y con la palabra en la boca. Así que en vista de que se presentaba fiesta, decidí unirme y disfrutar junto al “fofisano” de mi vecino, marido de mi querida del quinto, al “embobecimiento” trial en torno a una botella helada, espumosa, dorada y exquisita. Al final visto lo visto y como no había remedio, allí estábamos un día más, esta vez tres, en el mental rezo sin par. ¡¡¡¡Uisssss que fresquita!!!
Ya lo decía el médico y escritor español, Gregorio Marañón:”Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir”. Así que vamos a movernos un poquito, ¡tampoco hace falta mucho!, eso sí sin perder el encanto de los “fofisanos”, porque todos queridos no podéis ser David Beckham.
Besos
María del Valle Pardal-Castilla