No son dos autónomas más de las que pierden el autobús de la oportunidad o se apean del tranvía del empleo. Lola y Marián –Marián y Lola-, son las Galateas. Esas dos valientes y únicas musas de lo original y lo divertido, que quisieron que soñáramos con que España, Andalucía y Écija, eran tierra de Cultura y de amables butacas de lectura y de café incondicional edulcorado por las letras o la conversación.
Lola y Marián, Marián y Lola, sabían ganarse a todo el personal con una hospitalidad desacostumbrada –por lo sincera- y una permanente sonrisa grande. Por eso el personal no se sentía cliente y acababa siendo amigo.
Aunque Marián y Lola, hubieran podido haber sido, con toda lógica, el perfecto prototipo soñado por Pigmalión o aquel mito amado por Polifemo que, al final, en el desamor -cuando tuvo que cerrar por la crisis- supo cómo convertir su latido en río (como este río -triste y amable, de amigos, que no clientes- que fluye esta mañana, justo a los pies de la Casa de la Seda y que a todos nos deja un poco huérfanos). Pero confieso que, personalmente, de todas las Galateas posibles, yo siempre opté por las cervantinas; y, por eso, aquél día de su primer aniversario, les escribí un poema que como homenaje a un sueño que casi comenzaba y que se convirtió en la realidad hermosa que ha sido y que debe resurgir (porque un Rincón como el de estas Galateas, es algo fundamental en esta tierra nuestra donde se necesitan letras, muchas letras y conversaciones amables)…
AL RINCÓN DE LA GALATEA
… en su primer Aniversario.
Elicio, lleno de vicio
llegó hasta este Rincón
buscando en su corazón
la razón de su suplicio…
… y en el humo que gatea
por el aire de este sitio,
encontró a su Galatea.
Erastro, buscaba el rastro
de su mayor ilusión
y se topó, a la sazón,
con este Rincón que es astro
más que piedra y edificio…
… y en el humo que gatea
por el aire de este sitio,
encontró a su Galatea.
Y, después, lleno de ingenio,
llegó Tirsi, después Lenio,
Marsilo, Crisio y Orfinio…
más para rimar a Orompo,
buscaron a un ser orondo
y a mí me escogió el Destino
para ejercer el oficio
de admirar a Galatea,
mientras el humo gatea
por el aire de este sitio…
Aquí, en este lugar,
donde habita tanta calma
y el alma de bien descansa
para volverse a empeñar.
Aquí, entre tantísimas letras,
en este lugar sin puertas,
viendo a Lola y a Marián,
queda el alma cautivada
entre sus bellas miradas
y sus sonrisas perfectas…
(y no sé lo que me pasa
en este intenso trasiego
pero, cada vez que llego
ante estas dos Galateas,
yo siento, como poeta,
envidia de sus borregos)
Y es que tiene alma el sitio…
la ganó con la sonrisa
de tan hermosas pastoras;
por eso me prendo ahora
de este humo que gatea,
lento, sin ninguna prisa,
llenando el lugar de risas,
de palabras y de aroma,…
y entre el humo del café
y el valor de la Amistad,
haciendo un acto de Fé
yo proclamo esta verdad:
Ya se escriba o ya se lea,
Paraíso es el lugar
del Rincón de Galatea.
31 de julio de 2009