Lo tiene crudo. Lo de Arturo Más ha pasado de ser una cortina de humo para despiste del personal, a un órdago tan irresponsable, que va a salir más escardao que el gallo de Morón.
Convergencia y Unión siempre fue un partido nacionalista, pero también burgués hasta las trancas, por eso nunca le interesó la Independencia: ¿para qué, si los burgueses reconcentrados que la integraban –y la integran- sabían sacarle zumo a la estopa y, durante años y años, atesoraron sus riquezas amparándose en las inversiones del Estado español, aprovechando los planes de desarrollo económico de España y viviendo del sudor y el trabajo de los españoles de otras comunidades que -mucho menos mimadas por el Estado- sólo les ofrecían miseria y trenes para Cataluña?
Esos burgueses, digo, crearon Convergencia; sin embargo, los burgueses de Unión Democrática -con un poquito más de conciencia solidaria-, pretendían lo mismo, pero con un Humanismo Cristiano que, por lo menos, debería haberles servido para inclinarse un poco más para el lado de la justicia y un bastante menos para el del esperpento (que supongo yo, que será por eso lo de los vaivenes constantes y el patente desnortamiento que padece José Antonio Durán y LLeida)
Por otro lado, todo este desvarío –sin rumbo y sin cabeza- a quien le ha venido de cogons es a los verdaderos independentistas que, encabezados por ERC, gracias a la torpeza de Arturo Más, se han encontrado con el pez pescado y servido en bandeja de alpaca (que la plata que había ya se la llevaron los Pujol más allá de los Pirineos).
Ahora todos esperan una respuesta del Gobierno y el Gobierno no es quien debe responder, sino la Ley. Si responde el Gobierno al reto de Mas, los listos lo venderán como si fuera Rajoy y sus peperos-intolerantes-y-anticatalanes los que lo hacen, como elementos reaccionarios de la Patria Única, Grande y Franquista… y seguro que hay tontos que –por conveniencia o por ignorancia- que se lo tragan.
Por eso creo que lo mejor que puede hacer el Gobierno, es mantenerse firme, quitecito y expectante –como lo está haciendo hasta ahora- y dejar en manos del Fiscal General del Estado y del Tribunal Constitucional el cumplimiento exacto de la Ley… y, si para hacerla cumplir, las Fuerzas del Orden Público tuvieran que actuar en defensa de esa Ley -que hemos votado todos los españoles y que ampara nuestro Estado de Derecho y Bienestar-, que lo hagan sin titubeos de ninguna clase. Los delincuentes, son delincuentes, ya sean de guante negro, de guante blanco o de manopla a rayas rojas y amarillas.
No debemos perder el norte: el que, conscientemente, se salta la Ley a la torera, es un delincuente, se llame como se llame y ocupe el cargo que ocupe. Más aún: al delincuente de mayor rango, debería exigírsele mayor responsabilidad ante la Ley; porque el delito adquiere mayor dimensión en quien tiene el deber de guardar y defender esa Ley; y, en consecuencia, la pena debería ser mayor.
No obstante, independientemente del delito que Arturo Más anuncia para el próximo 9 de noviembre, el enfrentamiento social que ha provocado y el pitote que anda montando, lo que me parece es que no podrá evitar quedarse con el culo al aire ante los españoles y los catalanes cuando, no habiendo podido realizar su consulta (¡y mira que se lo han dicho!), a su desastre político, se le una la victoria de los verdaderos independentistas (por el terreno ganado gracias a sus manipulaciones) y la de los Constitucionalistas (por la oportunidad de ejercer y demostrar su firmeza en la defensa del terreno que no pueden perder)… Más, si todo esto fuera poco, antes o después, se acabarán conociendo los chanchullos que ha tratado de esconder con todo este desbarajuste.
Lo dicho: sea como sea y lo mire por donde lo mire, Arturo Más va a salir más escardao que el gallo de Morón.
Francisco Fernández-Pro
