Una antigua tradición narra que en el año de 1218 la Stma. Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a socorrer a los que eran llevados cautivos a sitios lejanos.
Corrían los últimos siglos de la Edad Media, el sur y el levante español estaban en poder de los árabes y con sus vidas en vilo. El Mediterráneo estaba infestado de corsarios turcos y de sarracenos, y lo mismo atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas y se llevaban cautivos a muchos.
La cautividad o esclavitud era una calamidad terrible de la humanidad. De cuando en cuando surgían almas generosas y se ponían a actuar.
Ntra. Sra. de la Merced: Advocación nacida en España
La Virgen María será invocada desde ahora con el título de la Merced, o más bello todavía en plural: Santa María de las Mercedes, indicando así la abundancia incontable de sus gracias. Santa María de las Mercedes concedería a sus hijos la merced de la liberación. Alfonso X el Sabio decía que ‘sacar a los hombres de cautivo es cosa que place mucho a Dios, porque es obra de la Merced’.
Bajo la protección de la Virgen de la Merced, los frailes mercedarios realizaron una labor ingente. Ingentes fueron también los sufrimientos de San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron mártires como San Serapio, San Pedro Pascual y otros muchos.
El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primeras monjas mercedarias. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América.
Barcelona se gloria de haber sido escogida por la Virgen de la Merced como lugar de su aparición y la tiene por celestial patrona. De este modo, a través de los miembros de la Nueva Orden, la Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las gracias, aliviaría a sus hijos cautivos y a todos los que suspiraban a ella, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. A todos daría la merced de su favor.
Ntra. Sra. de la Merced en Écija
En nuestra ciudad existe un templo dedicado a Ntra. Sra. de la Merced. La fundación data de 1509. En 1543 el convento sufrió una inundación de la que sólo se salvó la iglesia. A finales del siglo XVI la iglesia y el convento se hallaban en estado ruinoso por lo que se procedió a su reconstrucción. Al finalizar el primer tercio del siglo XVII, aún duraban las obras, que afectaban a la media naranja del crucero y a la espadaña conventual. En el siglo XVIII se construyó el camarín de la Virgen de las Mercedes y el claustro. La espadaña conventual y la portada del templo, pese a sus restauraciones, pertenecen a la primera mitad del siglo XVII.
La iglesia es una gran nave con crucero, capillas laterales y tribunas sobre ellas. La nave principal se cubre con bóvedas de aristas, el presbiterio y las capillas con bóvedas de cañón y el crucero con bóveda de media naranja. Ésta bóveda de media naranja apea en pechinas decoradas con escudos y muestra un intradós ornamentado con motivos protobarrocos.
La gran obra de esta iglesia es el camarín de la Titular iniciado en 1739, donde la media naranja, tambor, linterna, pechinas y brazos de la cruz, están revestidos de una interesantísima decoración, que puede considerarse como ejemplo del barroco ecijano.
En esta iglesia tiene su sede canónica la Hermandad de la Piedad, desde donde cada Viernes Santo efectúa su Estación de Penitencia. Así mismo, desde hace algunos años, esta Hermandad le rende cultos a la titular de su sede, además de procesionar en su festividad una imagen de candelero vestida con el hábito mercedario.