Para esta semana está convocada una reunión del Consejo de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura donde se debatirá cual de las candidaturas presentadas se remitirá a la Unesco para que se valore su declaración como Patrimonio Mundial. Entre estas candidaturas está la del Paisaje Cultural del Olivar Andaluz, de la que forma parte Écija.
Aunque se desconoce el número de propuesta con las que compite la candidatura andaluza, lo que confirma el Ministerio de Cultura y Deportes al periódico digital “eldíadecordoba.es”, es que “solo puede seleccionar una para entrar en un nuevo ciclo”.
Entre los valores más destacados de la propuesta para el Paisaje del Olivar Andaluz está la unión en un misma candidatura de cinco provincias: Jaén, Córdoba, Granada, Sevilla y Málaga, y en cada una de ellas el olivar ha tenido o tiene una vinculación muy arraigada con el territorio. En el caso de la aportación de Écija, esta se centra principalmente en su papel en la historia en época romana, entre los siglos I y III.
En Écija, o la antigua Astigi, el cultivo y comercialización del olivar era la base fundamental de la economía, y era la principal zona exportadora de todo el Imperio Romano, prueba de ello son los innumerables restos de ánforas con sellos de productores de Astigi. También son numerosos los molinos de está época que se tiene constancia de que existían en las orillas del Genil.
Écija en la candidatura
Écija forma parte de esta candidatura como uno de los diez ítem de valoración histórica que la componen, concretamente el referente a Astigi-Bajo Genil, Alfares olearios para el comercio el comercio de la Bética romana.
El punto de partida sobre de la vinculación de Andalucía con el olivar a lo largo de la historia comenzará en una alfarería romana que se localiza junto al río Genil, a escasos kilómetros del casco urbano de Écija, el yacimiento de Las Delicias.
En esta alfarería se vienen realizado trabajos arqueológicos desde 1996, y en ellos colaboran las universidades de Sevilla y Montpelier (Francia). Durante este tiempo se ha podido documentar las dimensiones y estructura de este edificio, así como realizar una trazabilidad de todo el proceso: la fabricación de las ánforas, el envasado del aceite de oliva, el transporte y el destino, prácticamente desde los inicios del Imperio Romano hasta el siglo III d.C.
El estado de conservación, la localización, el fácil acceso y que es la mejor documentada de las de más de un centenar de alfarerías que se localizan entre el bajo Genil y la desembocadura en el Guadalquivir, hacen del yacimiento de Las Delicias, que se encuentra en el término municipal de Écija, un elemento destacado dentro de esta candidatura para conocer el comercio del aceite de oliva.