Un jurado popular ha declarado este miércoles culpable por unanimidad de un delito de asesinato a Antonio L.G., el hombre acusado de degollar con un hacha a su esposa el día 18 de marzo de 2013 en la vivienda que ambos compartían en la localidad sevillana de Écija, según han informado a Europa Press fuentes del caso.
Las mismas fuentes consultadas han indicado que, en un veredicto hecho público a última hora de la tarde de este miércoles en la Audiencia Provincial, los miembros del jurado han considerado probado por unanimidad que el acusado, «con la intención de causarle la muerte», propinó a la víctima una quincena de hachazos en cara, cuello y cuero cabelludo.
El jurado también ha declarado probado que el acusado atacó a su esposa cuando esta se encontraba en la cocina y «sin que pudiera defenderse», aunque han considerado que llevó a cabo los hechos con su capacidad de actuar «levemente» afectada al sufrir un trastorno mental celotípico, al que se unió el consumo previo de drogas.
De igual modo, y según las fuentes consultadas por Europa Press, los miembros del jurado han considerado no probado que el imputado confesara los hechos a la Policía.
La fiscalía solicita 18 años de cárcel
Una vez conocido el veredicto, la Fiscalía ha mantenido su petición de 18 años de cárcel para el acusado, mientras que la acusación particular que ejercen los tres hijos de la pareja ha disminuido de 25 a 20 años su solicitud de prisión y el abogado de la defensa ha interesado que se le imponga una pena máxima de 15 años.
El imputado, cabe recordarlo, se declaró «culpable» y comenzó su comparecencia diciendo que «no recuerda muy bien las cosas» porque había tomado «muchos psicotrópicos», precisando que el día de los hechos se despertó sobre las 7,30 horas y mantuvo una discusión «fuerte» y «a gritos» en el comedor con su esposa, a la que «recriminó» que le era «infiel».
«No recuerdo todo, estaba demasiado ‘endopao’ de pastillas», explicó el procesado, que aseguró que media hora antes de la discusión se tomó «seis o siete» pastillas, concretamente ‘tranquimazín’ de dos milígramos que ingería para «quitarse de las drogas», agregando que en el marco de la disputa su mujer le preparó una tila «con demasiadas pastillas». «Le dije que no me las tomaba» porque «me iba a volver loco», indicó.
«Creía que me envenenaba»
El imputado, que afirmó que «creía» que su esposa «le envenenaba», puso manifiesto que, en el marco de esa discusión, cogió un hacha «pequeña» que utilizaban para cortar la carne y golpeó con ella a la víctima. «Fue un arrebato, la quería más que a nada en el mundo», aseveró.
Una vez cometido el crimen, el acusado narró que cogió el bolso de su mujer y salió de la vivienda para dirigirse al banco, trayecto en el que la Policía Nacional le «cogió».
«Por lo que dice la Policía, escondí el hacha en una alcantarilla, aunque no lo recuerdo porque yo estaba traumatizado», relató el acusado, que negó lo asegurado en su declaración judicial, cuando afirmó que, tras matar a su mujer, escondió el hacha y se dirigió a casa de su hermano, a quien le confesó el crimen.
Denuncia previa
La víctima ya denunció en el año 2007 ante la Policía al ahora detenido por insultos, amenazas y maltrato psicológico, aunque la denuncia fue archivada después de que ella misma la retirara.
El detenido cuenta con 30 antecedentes policiales, en su mayoría por delitos de robo con fuerza, aunque en una ocasión también fue detenido por un delito de prostitución después de que ofreciera a una joven 50 euros a cambio de sexo, lo que ésta denunció inmediatamente.