No había nada que perder, y si mucho que ganar. Con este sentimiento, saltaron al campo los jugadores del Écija Balompié en la noche en la que los ojos del fútbol español estaban posados sobre las instalaciones de un modesto, Estadio Municipal San Pablo.
Eran las ocho de la tarde menos tres minutos, cuando el árbitro del encuentro Rodríguez Santiago, dio comienzo a un partido histórico para el fútbol ecijano. El estado del terreno de juego era lamentable, la lluvia lo complico aun mas, pero enfrente estaba el Real Madrid, que por entonces entrenaba Fabio Capelo, y era la noche en la que los sueños de muchos se hicieron realidad, por ejemplo, los de los mas pequeños, esos niños que tienen en el equipo de la capital de España su objetivo como futuras estrellas del fútbol que pueden llegar a ser. Esos, que ven ante sus ojos, a sus ídolos de los cromos de fútbol, a algunos de los mejores jugadores del mundo, solo por eso, por ver la cara de los pequeños (y mayores), merece la pena que la bolita convirtiera al equipo merengue en el rival del Écija Balompié del grupo IV de la segunda división B.
Los mejores comentaristas deportivos del país se concentraban en las cabinas de prensa del Municipal San Pablo, y ellos fueron los encargados de acercar la ilusión y el buen hacer del equipo local.
El Écija puso garra y decisión en los primeros minutos del partido, tanto que consiguió llegar al descanso con el marcador a cero. Ya en la segunda parte, en el minuto 22, fue Cassano el que consiguió el primero de la noche, fue para el Real Madrid, pero en el San Pablo se festejo tanto como si hubiera sido de los de Miguel Rivera. Pero aquí no quedaría la cosa, y al contrario de lo que se podría pensar, el Écija siguió atacando e incluso dijeron algunos profesionales de la comunicación «el Écija es el único equipo que esta poniendo juego en el partido», y precisamente este juego, en algunos casos de libro como lo calificaría en Carrusel Deportivo de la Cadena SER Poli Rincón, llego el gol del empate del Écija gracias Nolito que remataba un centro desde la derecha de Torres, resultado con el que se llegaría al final del encuentro.
Empate fue el resultado que ha pasado a las historia, pero lo que realmente es digno de mención es el comportamiento de los ecijanos, que fueron los que ganaron en esa noche, lluviosa, de octubre del 2006.