El conjunto de Miguel Rivera ha conseguido salir airoso de uno de los partidos más complicados que se le han presentado a lo largo de la presente campaña, principalmente por la actuación de un colegiado que adquirió más protagonismo de lo deseado, y al que no le tembló la mano para expulsar a tres jugadores locales.
El partido comenzó con dominio del Écija Balompié aunque pronto se cambiarían las tornas y la Unión Deportiva Melilla se adelantaría en el marcador con un gol de Cesar Díaz. Con un marcador en contra, el Écija buscó las opciones para devolver las tablas al partido y esto llegaría por medio de Ayina. Poco duraría la igualdad sobre el terreno de juego, ya que pocos minutos después el árbitro comienza a adquirir protagonismo y expulsa al autor del gol local. Un Écija con nueve aguanta hasta el descanso para que los de la ciudad autónoma no sacasen ventaja en el marcador. Con el objetivo conseguido se llega al descanso.
Al reanudar el partido el Melilla es sorprendido por el ímpetu de los locales, que aún incluso con inferioridad numérica no se mete atrás y sale a por todas, aunque de nuevo se daría de bruces con una decisión del árbitro que expulsa a Blanco, dejando a los de Rivera con nueve sobre el césped del San Pablo. Pero esto no amedrenta a los azulinos que consiguen ponerse por delante en el marcador gracias a un gol de Rubén Cruz.
Con nueve sobre el terreno de juego y por delante en el marcador, el partido se entonaba a épico aunque con un protagonista no deseado que volvía saltar al primer plano amonestando a Rubén Cruz y expulsándolo del campo ante las protesta generalizada del respetable, corría el minuto 88, y aún solo con ocho con el escudo del Écija en el pecho sobre el rectángulo de juego, se esperaba saldar positivamente la contienda, pero en el 91 llegaría el empate del Melilla, dejando un solo punto en el San Pablo.