La convocatoria realizada por los familiares del vecino de Écija que permanece en prisión cumpliendo su condena cuando está diagnosticado como enfermo de cáncer en estado «terminal», ha obtenido la respuesta de unas cien personas que se ha dado cita a las 20.00h en la Plaza de España «El Salón», donde también se ha iniciado una campaña de recogida de firmas.
Con esta concentración, que ha contado con el apoyo de grupos políticos representados en el Ayuntamiento de Écija, tiene como objetivo situar en la opinión púbica la situación que atraviesa Pablo Moreno, un reo que cumple condena en el Centro Penitenciario «Sevilla II» desde hace algo más de siete años, y al que le resta por cumplir algo más de un año de pena.
La familia pide que el tiempo que aun falta de condena pueda estar en su casa, principalmente por el estado en el que se encuentra; Pablo está diagnosticado de cáncer en fase «terminal» -neumonía crónica y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)-.
Una concentración similar a la de este lunes se llevó a cabo la pasada semana a las puertas de los edificios judiciales del Prado de San Sebastián, en Sevilla, tras la cual el consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, Emilio de Llera, recordaba la existencia de un precepto en la legislación penitenciaria por la cual se permite acordar la libertad condicional de los enfermos terminales, al objeto de que puedan fallecer en su casa, siempre que se cumplan los requisitos establecidos para ello por la ley.
Por su parte, el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu tras conocer el caso, se ha dirigido a Instituciones Penitenciarias interesándose por la situación del vecino de Écija.
Junto a todo esto la familia ha iniciado una campaña de recogida de firmas, la cual se distribuirá por distintos establecimientos de la ciudad y con todas espera reforzar la solicitud de puesta en libertad.
Pablo Moreno, de 48 años de edad, cumple una condena de ocho años y tres meses de privación de libertad que le fue impuesta por delitos de robo. De este tiempo aún tiene pendiente el cumplimiento de un año y tres meses de condena, pero sufre un cáncer de garganta en fase terminal, una neumonía crónica e incluso porta los anticuerpos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, por lo que sus familiares, por «razones humanitarias», reclaman su puesta en libertad, al objeto de que pase sus últimos días «con su hijo y su nieto».