El Gobierno local ha transmitido a la Junta de Andalucía su preocupación existente por el bajo ritmo de trabajo que a simple vista se está llevando a cabo en el edificio de las Casas Consistoriales, en pleno centro de la ciudad.
Por su parte, el Gobierno autonómico ha mantenido contactos con la empresa Dragados -adjudicataria de la obra- desde donde mantienen que los trabajos se están realizando y que cumplirán con el plan de obra.
En este sentido, en la actualidad hay dos personas trabajando en la obra después de una primera fase que ha consistido en establecer medidas de seguridad perimetrales principalmente. Según los datos que manejan desde el ayuntamiento, los trabajo que se están realizando en estos momentos son labores de mantenimiento y limpieza.
“Formalmente la obra no está parada, pero si es cierto que el ritmo es muy, muy bajo”, ha apuntado esta semana el portavoz municipal José Antonio Rodríguez, a lo que añadía que los trabajos “no están avanzando al ritmo que nos gustaría” y que de seguir así “tendremos que entrar con medidas más importantes desde el punto de vista jurídico”, porque ha recordado que existen una fecha de finalización, establecida para el segundo semestre del próximo años, y que esta a su vez está vinculada a una financiación a través de fondos europeos que exigen unos plazos de certificación de obra en tiempo y forma para poder acceder a ellos.
Desde el Gobierno local temen que este forma de actuar de la empresa responda a una estrategia “para forzar de alguna manera a las administraciones” –en este caso Junta de Andalucía y ayuntamiento, que cofinancian la obra- y confían que pronto el ritmo de trabajo se aumente.
La obra se iniciaba en julio de 2017 y está presupuestada en más de 3,5 millones de euros y que supondrá la rehabilitación de una parte del edificio: fachada y primera crujía, y la construcción por otra parte de unas instalaciones modernas.