¡Por favor, no! ¡Horror! Nicolás Maduro, el omnisciente e infalible líder de la Revolución Bolivariana, en un reto a Rajoy, amenaza –seriamente convencido- con entrar de lleno en nuestra Campaña Electoral y jugarse los votos con los demás candidatos españoles en nuestras próximas elecciones generales… ¡Como éramos pocos, nos parió la abuela.
Por favor, señor Maduro, haga usted oídos sordos al gallego y no nos cruce el charco. De todas formas, para hablarnos de los beneficios de su revolución populista, de ilusas riquezas para todos pero pan para nadie, democracias cuasi perfectas a golpe de decretazos antimayorías y periódicos cerrados, pacifismos imposibles con paramilitares armados y demócratas enmudecidos, inconcebible prosperidad de cárceles abiertas y supermercados cerrados;… para eso, ya tenemos aquí a su colaborador y satélite asalariado, el señor Pablo Iglesias que, además, de que se lo está currando un montón, haciéndoselo creer a la mayoría de los cabreados y antisistemas de este país, ha de reconocer usted que –con su coleta y su barbita despelucá- tiene un tipo mucho más chic y revolucionario que el suyo y hasta sabe guardar mejor las apariencias, hablando con mesura y pocos aspavientos e, incluso llegada la ocasión, siendo capaz de colocarse una corbatilla desgarbada -en señal de respeto al circo de las vanidades- cuando acude a los goyas para rascar lo que puede entre los figurantes y tramoyistas de nuestra progresía más ignorante, que tanto gusta aparentar solidaridad, enguantados en modelos de diseño y luciendo palmito, ante los flases de las alfombras rojas.
Por favor, señor Maduro, no cruce el Charco y quédese por sus latitudes, que le aseguro que, por aquí, ya tenemos a gente dispuestísima a emprender la cruzada de convertir nuestra España en una república bananera.
¡Qué horror! ¡Si no teníamos bastante con el Pequeño Nicolás, se nos quiere colar el Nicolás Maduro!… ¡Hasta los pelillos de las cejas se me han puesto de punta!