El bailarín y coreógrafo Fernando Romero presenta este martes y jueves en el Claustro de los Muertos del Monasterio de San Isidoro del Campo, el estreno absoluto de su nuevo espectáculo como broche de oro del Festival Internacional de Danza de Itálica.
‘Pierrot Lunaire’, nombre de la obra, es una pieza poco convencional, porque se desarrolla con música que no está pensada para danza, lo que conlleva una exigencia importante para el coreógrafo y para el público espectador. ‘Lo que os aseguro es que vais a ver muchísimo baile’, avanza Romero durante la presentación de su creación a los medios de comunicación sevillanos.
‘Tengo que agradecerle a Itálica y a su directora artística, Victoria Guzmán, que programen desde el riesgo. Esto no es habitual en los tiempos que corren, con una crisis en la cultura que lleva a los programadores, ya sean públicos o privados, a ir a lo seguro, a aquello que provoca la respuesta favorable del espectador. Yo pre estrené esta obra hace dos años, con motivo del centenario de la composición, en el Teatro Sierra de Aracena, y, cuando Itálica me la acogió me puse loco de contento, porque pensé que se me quedaría en el cajón, porque hoy se busca un tipo de programación que no favorece a la cultura ni a lo que es la profundización del artista en otras materias que no sean las convencionales’, se queja Romero.
‘Pierrot Lunaire’ está basada en los 21 poemas surrealistas de Albert Giraud, que inspiraron a Arnold Schönberg una música, dentro de la corriente del atonalismo expresionista, que Stravinski consideraba que era una de las dos obras que han marcado más la estructura musical del siglo XX. ‘Y la de la danza del siglo XX’, señala Fernando Romero, quien añade: ‘A mí lo que me sedujo, al margen de lo que significa como obra musical, intelectual y filosófica, es que el compositor hubiera confesado que no la había hecho para gustar al público, sino por sus ansias de romper con lo convencional’.
‘Desde esta filosofía empecé a trabajar en la idea coreográfica. A partir de ahí, creo que hay dos cosas que me conmueven. Una es que, al tratarse de música que no está hecha para la danza, el movimiento, el baile, son los más idóneos como transmisores para que llegue mejor al oyente, para que se cree mucha más riqueza para el espectador. Y, segundo, porque se rompe el icono de Pierrot como payaso melancólico, ensimismado y mirando a la luna con su viola, ese cánon e la Comedia Francesa. El Pierrot de Giraud y de Schönberg es un poeta, bebedor, que va con prostitutas y practica rituales de desenterrar a los muertos… Creo que Schönberg hizo esta obra porque los poemas le autoretrataban y quiso llevar al extremo la expresividad de las voces y de los instrumentos’, continúa explicado Romero.
También el artista ha querido extremar la expresividad del movimiento en esta obra. ‘Con esta obra, por sus singularidades, me salgo un poco más de lo convencional que yo hago, pero no busco tampoco una ruptura en sí de mi estilo concreto. Lo que me resulta más difícil en esta obra es afrontarla desde mis 46 años, porque son 50 minutos y físicamente hago un ejercicio muy intenso y duro. Una de las partes más importantes de esta obra es la parte física. Hay baile a porrillo, hay una gran tensión en lo que se refiere al baile’.
Aprovecha Romero su madurez creativa y sus años en los escenarios para lanzar un mensaje a los jóvenes con esta obra: ‘El baile, la danza y el movimiento hay que seguirlos aportando. Y, para ello, se necesita entrenamiento, se necesitan clases. Llegar a una especialización que el espectador pueda apreciar en el escenario. Cincuenta minutos en un escenario, bailando solo, pueden resultar excesivos, por eso hay que echarle agallas. Yo utilizo muchísimos estilos y muchos lenguajes. Hago un repaso por varias técnicas diferentes, según me han ido sugiriendo la lectura de cada uno de los poemas’.
Durante el encuentro con los periodistas, Fernando Romero ha destacado también que la iluminación, creada por Florencio Ortiz, está adaptada para el Monasterio de San Isidoro del Campo por Guillermo Suero. El vestuario está diseñado por Margarita Ruesga y la música la interpreta Ensemble Musique Oblique,bajo la dirección de Philippe Herreweghe y con la voz de Marianne Poussier.
Todos los espectáculos comienzan a las 22’30 horas. Los precios de las entradas son de 12 y 15 euros, para el Teatro Romano, y 15 euros para el Monasterio de San Isidoro del Campo, y se pueden adquirir en cualquier centro de España y Portugal de El Corte Inglés, por teléfono (902 400 222) y on line: www.elcorteingles.es
Fernando Romero (Écija, 1969)
Bailarín y coreógrafo, comenzó con 16 años, en el tablao ‘Los Gallos’, de Sevilla, y fue alumno, entre otros, de Manolo Marín. Con una sólida formación en flamenco clásico, español y danza contemporánea, ha participado en numerosas compañías, entre ellas, ha sido primer bailarín de la Compañía Andaluza de Danza. Además, ha realizado colaboraciones coreográficas con muchos bailarines, entre ellos, María Pagés.
Ha recibido los premios Vicente Escudero y Paco Laberinto, en el Concurso Nacional de Arte Flamenco, de Córdoba, en 1998, así como el primer Premio de Coreografía y Premio Bailarín Sobresaliente, en el Certamen de Coreografía de Danza Española y Flamenco de Madrid, 1998.
En 2004, es nombrado director asistente del Ballet Nacional de España. Ha coreografiado, muy diversas producciones para muy diferentes artistas relacionados con el flamenco.
En mayo de 2011, obtiene el Premio Benois de la Danza en categoría de intérprete, tras una gala realizada en el Teatro Bolshoi, de Moscú, por su obra ‘Paseo por el amor y la muerte’, una adaptación de la Divina Comedia de Dante, que ha puesto en escena en el Festival Internacional de Danza de Itálica. Es la primera vez en la historia que este Premio se otorga a un bailaor de flamenco y lo ostentan importantes figuras de la danza mundial.