La tarde del sábado 14 de marzo de 2020 se recordará como el momento en el que comenzó a cambiar la vida en España como consecuencia de algo que primero conocimos como coronavirus, pero del que después descubrimos que tenía un nombre concreto; COVID-19. En Écija, como en cualquier otro punto del país y del mundo, pocos intuían que a partir de ese momento llegaban a su fin muchas de las cosas que considerábamos normal, y se iniciaba una forma distinta de hacer las cosas más sencillas; comenzaba el camino para superar la pandemia, comenzaba lo que muchos han llamado “nueva normalidad”.
La declaración del Estado de Alarma como consecuencia de la pandemia se venía sospechando en los días previos al 14 de marzo, pero no estaba claro qué significaba y sobre todo, cómo nos afectaba directamente y prueba de ello era el aspecto que presentaba los que después conoceríamos como establecimientos de actividad esencial, un ejemplo eran las tiendas de alimentación y los supermercados, en los que se hizo habitual ver estanterías vacías, y comprendimos lo importante que es para nuestra sociedad el papel higiénico, y Écija no fue una excepción, como tampoco lo fue para reconocer el trabajo de los sanitarios desde los balcones.
El 15 de marzo amanecía un país con calles vacías, era una de las consecuencia del Estado de Alarma. Solo se podía circular por la vía publica para la adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad, para acudir a centros sanitarios, el lugar de trabajo y regresar a la residencia habitual. También se autorizaba la asistencia y cuidado de mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables, desplazarse a entidades financieras o de seguros y sacar a pasear al perro.
En Andalucía ya se habían suspendido las clases y en Écija se habían cerrado las instalaciones municipales días antes. En plena Cuaresma, hermandades como la de la Mortaja comunicaba su decisión de no realizar estación de penitencia el Viernes Santo, aunque la decisión del Consejo de Hermandades de suspender todas las salidas procesionales no llegó hasta el 16 de marzo.
Precisamente el 16 de marzo, dos días después de anunciarse el Estado de Alarma, en Écija se confirma el primer contagio por coronavirus en una mujer de 83 años que fue trasladada al Hospital de la Merced, en Osuna. El día 22 se confirmó un segundo caso, un hombre de 88 años, y dos días después llegaba la noticia de su fallecimiento, sería la primera defunción vinculada al coronavirus en Écija.
Comienzan tareas de desinfección en calles y centros educativos, la Unidad Militar de Emergencias (UME) llegó a la ciudad para realizar tareas similares en edificios públicos. En las redes sociales la ciudadanía se moviliza para hacer mascarillas caseras.
Con inicio del mes de abril, y después de dos semanas con la actividad empresarial prácticamente paralizada en su totalidad, llega el primer indicador sobre las consecuencias directas de la pandemia en el empleo; el paro registrado en Écija aumenta en casi 800 personas. Días después el Gobierno Local anuncia un plan de empleo y entidades como las hermandades locales realizan donaciones para ayudar a los más necesitados.
Continúa confirmándose casos por coronavirus en Écija, pero también se conoce que la primera ecijana contagiada recibe el alta hospitalaria el 03 de abril, un mes que finalizó con 22 casos activos y tres fallecidos.
La vida continúa en casa, comenzamos a adoptar la expresión teletrabajo y realizar actividades para aprovechar el tiempo. En el día del libro la Asociación Papel y Tinta y Ecijaweb organizamos una lectura colectiva de El Quijote desde casa.
Los ERTE en Écija alcanza casi los quinientos, a finales de mayo el número de contagios había alcanzado los 25 casos y el ritmo de nuevos positivos se había ralentizado y a mediados de junio solo se contabilizaban dos casos más. Se confirma que no habrá feria de septiembre y se comienzan a abrir parques y áreas infantiles en el mes de julio, esto no da vía libre para otro tipo de actividades y en Écija se clausura una fiesta con más de 200 personas.
A finales de julio se confirman cuatro positivos por COVID-19 en Écija y comienzan las pruebas a sus contactos directos. Había pasado un mes desde el último positivo confirmado en Écija y desde ese momento comenzaron de nuevo los contagios y comenzamos a utilizar el término “brotes”.
El mes de agosto se iniicia con diez casos y llega a alcanzar los 39 poco antes de final de mes. Vuelven las desinfecciones integrales y septiembre comienza con la vista puesta en la vuelta al colegio.
A mediados de septiembre se inicia la segunda ola en Écija. El 15 de este mes se contabilizaban 20 caso, Siete días después se superaban los 40, la cifra más alta registrada en la ciudad hasta ese momento, y a final de mes ya se contabilizaban 181 positivos. Se vuelven a cerrar los parques y zonas infantiles
Comienza octubre, el peor mes de la pandemia en Écija. El primer día de este mes siete personas están hospitalizadas y los positivos son 191, cuatro días después ya se rozan los 300 y la Junta confirma la realización de un cribado a la población cuyo resultado es de 12 positivos más, en ese momento la cifra total se acercaba a los 400 casos activos y aparece en escena la tasa de incidencia acumulada, que roza en Écija los 1.000 casos por cada cien mil habitantes y se decreta el cierre perimetral de la ciudad. El día en el que se limita la movilidad se confirma el primer brote en una residencia de Écija.
Las cifras continúan subiendo. El tercer fin de semana de octubre deja 171 contagios nuevos y se habilita un hotel como centro medicalizado. La última semana de este mes comienza con 668 casos activos y se llega a rozar los setecientos, sería la cresta de la segunda ola, desde ese momento los datos comenzaron a bajar. Finalizaba octubre conociendo que en 2020 el Día de Todos los Santos el cementerio no abriría sus puertas.
En los primeros días de noviembre la tasa de incidencia baja de los 1.000 casos por cada cien mil habitantes y de 200 positivos activos a mediados de mes. Se suspende la Ruta Carlos III programada para enero y el Teatro Municipal anuncia su reapertura para finales de noviembre. La Junta contabilizaba al concluir el mes de noviembre un total de 29 fallecidos en Écija desde marzo, y un total de 183 casos activos.
En diciembre se abre el debate de la navidad mientras que los datos bajan hasta finalizar el año con 13 positivos y una tasa de 32,6 casos por cada cien mil habitantes. 2020 finaliza con 37 fallecidos por COVID-19. Al mismo tiempo se confirma que en 2021 tampoco habrá salidas procesionales en Semana Santa y llegan las primeras vacunas.
El nuevo año comenzó con la visita de los Reyes Magos, que en esta ocasión son encarnados por sanitarios. Reciben a los niños de la ciudad en el parque San Pablo
Se iniciaba un nuevo año y una nueva ola. Los primeros datos de 2021 ya superaban los de los últimos días de diciembre y a 15 de enero los positivos activo eran 106, antes de finalizar el mes se alcanzó el punto máximo de la curva con 158 casos y una tasa de 396,3 casos por cada cien mil habitantes.
Con un curva que comienza a bajar, febrero llega con un carnaval que centraliza las actividades en los colegios, se ponen en marcha las escuelas deportivas y comienza la vacunación para mayores de 80 años. Prácticamente a diario se confirman nuevos contagios pero las altas son superiores, algo que hace que la tasa baje hasta 57,7 a final de mes.
Marzo a continuado la tendencia a la baja y mantiene los datos de positivos activos en torno a la veintena.
En el año que ahora se cumple en Écija se han contabilizado 2.150 contagios por COVID-19, han fallecido 40 personas y se han curado 2.092. La tasa máxima se alcanzó a finales de octubre con 1.760,1 casos por cada cien mil habitantes y 691 positivos activos en una misma jornada.
El año dos de pandemia se encara con la vista puesta en la denominada como “inmunidad de rebaño”, que se alcanzará cuando la mayoría de la población esté vacunada. Mientras tanto habrá que seguir aplicando las medidas preventivas básicas: mascarilla, distancia de seguridad y limpieza de manos.