Écija se viste de Sentimiento, Devoción y Pasión. Una Semana esperada por los Cofrades en la cual poder emocionarse con sus Titulares al son de una buena marcha. Una Semana esperada por nuestros visitantes para poder admirar cómo se vive, cómo se siente.
Levantá, Chicotá, Revirá y Costalero.
Costalero, esta levantá va por todas esas personas que padecen día a día una enfermedad, que el Santísimo Cristo de la Salud remedie el sufrimiento y alivie sus penas, ¡al cielo!
Costalero, pasito a pasito, con temple, que no se note, con paso igualao, que no hay prisa que valga, que sois los elegidos para ser los pies del Señor. Pon el alma en cada chicotá, en cada levantá, con toda la dulzura que merece, en cada revirá porque este es nuestro día y tenemos que estar a la altura, que resplandezca por sus calles y conmuevan los corazones de nuestros vecinos y visitantes. Costalero, aférrate a tu trabajadera, siente el calor por tu cuello, siente los aplausos de tu pueblo.
Incienso, Cera, Monaguillo y Nazareno.
Se acerca el día y esos niños elegidos por Dios se visten de monaguillos. Con nervios se preparan y salen a la calle balanceando el olor a incienso que tanto gusta. También acompañan en esta Salida Procesional los nazarenos, devotos de sentimiento que aguantan toda la noche para tener su papeleta de sitio y así estar cerca de su Titular. Tan cerca para poder contemplar esa imagen como se mece por las calles ecijanas. Esos nazarenos que tienen promesas, que pisan el suelo descalzos, que iluminan las calles mientras sus capas vuelan al viento.
Costalero, esta levantá va por todas esas abuelas, las que velaron nuestros sueños y enseñaron a nuestras madres a hacernos mejores personas. Por todas ellas, tos por igual, ¡a éste!
Écija, tierra de encanto, donde el Señor vivirá, morirá y resucitará en sus calles; en esos estrechillos que hacen esta Semana única. Qué alegría ver pasar nuestras Procesiones por el Arco de Santa María, por Virgen de la Piedad, por la cuesta del picaero, por la calle Zamorano con el Rey de los Gitanos o una noche de Silencio a la luz de la luna, reflejando su brillo en las lágrimas de la madre de Dios. Qué emoción, qué devoción, ver mi Cristo de la Exaltación.
En cada rincón hay personas esperando admirar una imagen, niños con ilusión mirando al cielo, un paso de palio que mece al compás de “Encarnación Coronada” o una buena saeta en un balcón.
La Semana Santa es un gesto, un amigo, un recuerdo, un sitio clavado en la memoria de un ecijano, hay que armarse de valor y creer en nuestra Cultura.
Para los ecijanos la Semana Santa no es sólo una semana, es algo más, es una manera de vivir, una manera de sentir, una manera de ser.
Alejandro Álvarez