En la mente de muchos de los que fueron niños hace ya algunos años -y en la de sus padres- está un carrito del color amarillo que gestionaba Pepe Carmona, donde los más pequeños compraban golosinas, y los mayores –muchos de ellos parejas de novios- “cartuchos” de altramuces -o “chochitos” como son popularmente conocidos- al pasar por la avenida Miguel de Cervantes.
Este carrito, recordado como el “Puesto amarillo” desapareció un día de la vida diaria de la ciudad hace ahora 21 años, y las generaciones más recientes no han llegado a conocerlo.
Ahora el carrito se ha recuperado gracias a un taller de restauración de madera de la Asociación Cultural de Mujeres “Zulaija” que ha dedicado los últimos meses en restaurar esta pieza para devolverle el esplendor que en su momento tuvo.
“El puesto amarillo” va a tener como función la de Punto Itinerante de Información Cultural, y será utilizado por el ayuntamiento y cuantas asociaciones lo necesiten para difundir sus actividades.
La puesta en valor del “Puesto Amarillo” ha sido empeño del delegado de Cultura, Fernando Reina, quien tras varias conversaciones con los familiares de Pepe Carmona, conseguía recuperarlo para darle un uso público. En este sentido Reina ya avanza que el siguiente paso será la realización de dos réplicas –ya que los originales están destruidas- de los carritos anunciadores de la programación de los cines Cabrera y Sanjuán, que se colocaban en la Plaza de España “El Salón”, aunque esto será el próximo año.
Vuelve a repartir «chochitos»
En la presentación de la restauración del “Puesto Amarillo” –que se ha llevado a cabo en el Palacio de Benamejí- se han repartido cartuchos de altramuces, una labor que ha realizado el nieto de Pepe Carmona, en recuerdo de su abuelo, el cual estará presente en el carrito en una fotografía.
En el acto se han dado cita los tenientes de alcalde, Silvia Heredia, Fernando Reina y Carlos Onetti, así como la presidente de la asociación “Zulaija”, Maria Dolores Prieto, y un gran número de personas.