Aunque las matemáticas mantienen abiertos muchos frentes aún en el Grupo IV de la Segunda División B, los 47 puntos que tiene ya en su casillero el Écija Balompié garantizan la permanencia del equipo que entrena Miguel Rivera, a falta de cinco jornadas por jugar.
Los tres puntos que el conjunto azulino se trae del nuevo y flamante Estadio Carranza en Cádiz, hacen que los de Rivera puedan pensar lo que resta de campeonato en alcanzar otras cotas superiores a la permanencia, por lo que no es descabellado mirar a los puesto de Copa de S.M. el Rey, o un poco más difícil, pero no imposible, los de liguilla.
El partido ante un histórico como el Cádiz no ha sido un encuentro bonito, pero a tenor de los resultados de la presente campaña se podría decir que el Écija le tiene tomada la medida al conjunto amarillo, al que ganó en el San Pablo en la primera vuelta, y al que ha dejado sin puntos también en la segunda.
El choque se inició sin un protagonista claro, aunque el Écija realizó el papel en primer momento de observador, cuando hubo estudiado bien al rival comenzó a adelantar las filas, y fue entonces cuando llegó el gol, con la firma de Ayina, a la media hora de partido, y con él los tres puntos que ya registra el casillero astigitano. Poco más antes del descanso.
En la segunda mitad el Écija mantuvo el mismo rol que en el último tramo de la primera parte, hasta que un Cádiz que veía que se le marchaban los tres puntos, despertó de su letargo y comenzó a buscar algo positivo en una calurosa tarde de domingo, pero no consiguió nada aunque contó con opciones.
Al final el solitario gol de Ayina da tres puntos al Écija que es octavo con 47 puntos, y a seis del cuarto clasificado, y a siete de su próximo rival, el Lucena que ocupa la tercera posición.