La encuadernación es una técnica que garantiza la durabilidad y protección de hojas o materiales impresos y que les da un llamativo acabado estético que puede dar un abrebocas de la calidad del contenido. Pero, puesto que no existe un solo tipo de encuadernación, elegir el que se usará en un proyecto específico, depende de aspectos como el uso que se le piensa dar al material, la cantidad de páginas y el presupuesto disponible.
¿Cómo funciona la encuadernación?
En términos simples, la encuadernación es un proceso en el que se agrupan las páginas de un documento y se sujetan con firmeza para crear un único conjunto, por ejemplo, un libro o cuaderno. Para encuadernar, se pueden usar métodos manuales y tradicionales, además de técnicas más avanzadas que implican el uso de máquinas automáticas o encuadernadoras, que facilitan el trabajo y permiten trabajar con una gran cantidad de hojas a la vez.
El proceso general de encuadernación consiste en alinear las páginas, aplicar el adhesivo o poner el material de sujeción, y poner una cubierta protectora si es necesario.
Encuadernación con grapas
La encuadernación con grapas es una técnica sencilla y barata, que se puede usar en documentos de pocas páginas. Se colocan grapas en el pliegue central de las hojas, para que el documento pueda abrirse y mantenerse plano al leerlo.
Este método es común en producciones de bajo coste, en las que se le da más importancia a la funcionalidad que a la durabilidad o donde se desea encuadernar materiales de uso temporal.
Encuadernación de espiral o canutillo
La encuadernación de espiral es una de las más conocidas y se usa principalmente en proyectos que requieren ser flexibles y resistir el uso frecuente. En este caso, se perfora el borde de las páginas y a través de los agujeros resultantes se pasa una espiral plástica o metálica. Las encuadernadoras de espiral agilizan el proceso al perforar los agujeros y guiar la espiral con precisión.
Entre sus ventajas están que se puede abrir el documento completamente, por lo que resulta ideal para cuadernos de notas, manuales de uso y catálogos; se ajusta a grandes cantidades de páginas y es económica.
Encuadernación en tapa dura
Un tipo de encuadernación más resistente y elegante es en tapa dura, que se suele utilizar en la producción de libros, tesis y documentos que deben tener una presentación formal y duradera o en los que se necesite que soporten bien el paso del tiempo y el manejo frecuente.
En este método, las páginas se agrupan en secciones y se pegan o cosen al lomo de una cubierta dura, fabricada en la mayoría de los casos de cartón forrado con materiales como tela, cuero o papel plastificado. Puesto que es una técnica más compleja, resulta más costosa y requiere de máquinas encuadernadoras especializadas.
Encuadernación con tapa blanda o rústica
En contraposición del método anterior, tenemos la encuadernación en tapa blanda que se usa muchas veces para la producción de libros, revistas y documentos de consumo masivo y que es económica.
En este caso, una cubierta flexible de cartulina o papel grueso se adhiere al lomo de las páginas con pegamento. Por eso, se le conoce también como encuadernación rústica y es una alternativa económica que puede adaptarse a documentos de diferentes tamaños. No obstante, es menos resistente que la tapa dura.
Encuadernación termolaminada o térmica
En la encuadernación térmica se utiliza calor para fundir un pegamento especial en el lomo de las páginas, que luego son fijadas a una cubierta de papel o plástico. Las encuadernadoras térmicas son una buena opción para documentos corporativos, reportes o presentaciones, porque no hacen falta perforaciones ni clips adicionales.
Aunque no es tan resistente como la tapa dura, el aspecto resultante es profesional y se puede usar en documentos de tamaño mediano a grande y proyectos en los que se busca el equilibrio entre estética y funcionalidad.
