El torero ecijano –aunque cordobés de adopción- Rafael Soria Molina “Lagartijo” ha recibido un homenaje de la ciudad que lo ha acogido durante la mayor parte de su vida, Córdoba, por cumplirse en 2011 sesenta años desde que tomara la alternativa un 7 de octubre de 1951 en Montoro.
El Ayuntamiento de Córdoba, en colaboración con la Sociedad Propietaria de la Plaza de Toros de la ciudad de la Mezquita, han rendido un homenaje a Rafael Soria “Lagartijo” por sus sesenta años de alternativa, un acto que se ha llevado a cabo en el Salón de los Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos, contando con la presencia del Alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y estando arropado por un gran número de aficionados, familiares y toreros.
Entre los asistentes se encontraban el escritor taurino Salvador Jiménez, Tomás González de Canales, Presidente de la Sociedad Propietaria de la Plaza de Toros, Rosario Alarcón, Vice-presidenta de la Diputación y Manuel Benítez “El Cordobés”. Todos ellos tomaron la palabra y destacaron la figura de Lagartijo. También tuvieron su turno sus hijos y el propio homenajeado que se limitó a agradecer el reconocimiento.
Rafael Soria Molina “Lagartijo”
Rafalito Lagartijo nació en Écija el 15 de enero de 1930 en el seno de una familia en las que ya existían raíces toreras, sin ir más lejos el mismísimo Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” era su tío por rama materna.
La primera vez que pisa el albero para ponerse delante de un novillo fue en 1946 en Priego de Córdoba, mientras que su primera experiencia con picadores llegaría unos meses más tarde, en agosto de ese mismo año. Su trayectoria como novillero se prolongaría hasta la segunda mitad de 1951, concretamente hasta el 7 de octubre que toma la alternativa en la plaza de toros de Montoro de la mano de José María Martorell y como testigo Manuel Calero “Calerito”. El primero toro que lidio ya como torero fue Rodilla, de la ganadería del Duque Pinohermoso. No llegó a confirmar la alternativa en Madrid y decidió retirarse de los ruedos pocos años después. Uno de los momentos más difíciles de la vida de Rafalito Lagartijo fue compartir los últimos instantes de vida de su tío, Manolete, tras la cogida de Linanes.