Viene Tientapanza y me premia como emigrante; y dice bien, porque me tienta la panza, la barriga, que se ha de llenar cada día. Y para ello tuve yo que emigrar a otra tierra, en otro tiempo, en otras circunstancias.
Pero yo le pido hoy a Tientapanza que me tiente, delante de vosotros, el corazón. Pues el corazón también se llena, aunque se llena de otra sustancia más etérea, esa que llamamos amor, cariño, afecto…. cada cual le da un nombre, pero en el fondo todo es lo mismo.
Y ese cariño del que me siento lleno es del que tengo a mi ciudad, a mi querida Écija; emigrante fui, pero de esos, como las golondrinas, que vuelven cada primavera. Y hoy sin vuelta atrás, sin vuelta a volar; voy a quedarme para siempre aquí, en mi nido, el de mis padres, el de mi gente.
La alegría de volver es de las más grandes que pueda sentir una persona. Y mucho más grande se hace cuando encuentra a la vuelta reconocimiento y afecto; es decir cariño.
Muchas gracias a todos por acordaros de mi; muchas gracias Tientapanza por haberme tentado también el corazón, sin que nadie lo supiera, pues es nuestro secreto, hace ya muchas noches.
Un fuerte abrazo a todos, a la par que os deseo la más feliz de las Navidades.
