“El alimento del cuerpo, y el alimento del alma, no puede ser más genuinamente ecjiano” son palabras de Fernando Martín Sanjuan tras recibir el reconocimiento de “Ecijano del Año” en el transcurso del acto que como cada 28 de febrero, reconoce a hijos y entidades de la ciudad.
Martín Sanjuan se refería a que junta a suyo, los reconocimientos de este año han recaído en la mujer que da nombre a un productos tan típicos ecijanos como los molletes y las tortas de manteca, y a una comunidad religiosa que desde hace noventa años hizo de Écija su ciudad; a las palabras de Martín Sanjuan habría que sumarle las de alimentar la riqueza patrimonial, que es lo que han hecho los arquitectos como él a lo largos de la historia.
Fernando Martín Sanjuan, arquitecto de profesión, ha firmado un importante número de proyectos en su ciudad y en otros puntos de la geografía española, principalmente en la costa andaluza. Es a su vez un amante de su Écija natal y muestra de ellos es su implicación con entidades como los Amigos de Écija o la Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras “Luis Vélez de Guevara”.
Junto al “Ecijano del Año” también se ha entregado el de “Ecijana del Año” que en esta ocasión ha reconocido la labor incesante que durante su vida ha dedicado Concepción Armesto Martín, junto a su familia, a mantener productos tradicionales vinculados a la panadería y la bollería. Concepción Armesto es la conocida “Conchi” de los molletes que realizan los hermanos Armesto, y cuya fama ha rebasado las fronteras astigitanas.
Como “Entidad del Año” en esta ocasión se ha querido reconocer a la comunidad de las Hermanas de la Cruz, por la labor que vienen realizando día a día desde hace noventa años, por la sociedad ecijana, y que es especialmente significativo en tiempos difíciles como los actuales, donde muchas familias ecijanas acuden a las hermanas en busca de ayuda.