Los dos varones juzgados por los destrozos perpetrados en marzo de 2015 en el yacimiento arqueológico de Plaza de Armas, enclavado en Écija y donde fueron gravemente dañados un mosaico romano de figura invertida, el patio de las ruinas de una antigua domus y una tumba islámica, han reconocido la autoría de los hechos y finalmente han aceptado una pena de once meses de cárcel, así como multas económicas, según han confirmado a Europa Press fuentes del caso.
Estos dos hombres identificados como J.M.G.P. y R.C.P.R. han sido sometidos a una vista oral en el Juzgado de lo Penal número 14 de Sevilla, en la que el Ayuntamiento de Écija y la Junta de Andalucía han ejercido el papel de acusación, toda vez que finalmente ambos encausados han reconocido la autoría del expolio y han aceptado una pena de once meses de cárcel a la que se agregan sendas multas, siéndoles aplicada la eximente incompleta de enfermedad mental, según las fuentes consultadas por Europa Press.
Los destrozos fueron cometidos el 10 de marzo de 2015 en una zona del yacimiento arqueológico de Plaza de Armas excavada entre los años 1999 y 2000. Los daños perpetrados, según explicaba entonces el arqueólogo municipal de Écija, Sergio García-Dils, afectaron especialmente al «mosaico más emblemático» de la localidad, de figura invertida y denominado Annus, perteneciente a una modalidad de mosaicos de la que sólo existen otras tres piezas similares, una en Luxemburgo y dos en Italia.
El patio de las ruinas de una antigua casa romana sufrió además graves daños estructurales y en sus pinturas. «Literalmente, han arrancado media columna que se conservaba», explicaba Sergio García-Dils, toda vez que también fue destrozada una tumba musulmana cuyos huesos fueron «esparcidos por la excavación».
Poco después, a cuenta de este expolio eran detenidos tres varones identificados como R.C.P.R., J.M.G.P y A.E., para quienes decretaba prisión provisional el Juzgado de Instrucción número uno de Écija, por presuntos delitos de daños contra el patrimonio histórico y de profanación de sepulcros.
En los arrestos mediaba el hecho de que el circuito de video vigilancia del recinto arqueológico grabó imágenes que mostraban cómo dos individuos saltaban la valla exterior del yacimiento para causar los daños mientras otro esperaba fuera.
Según el relato policial, dos de los tres detenidos saltaron la valla perimetral que rodea el recinto arqueológico en plena madrugada y, una vez en el interior, mediante el uso de algunas herramientas, desprendieron parte del mosaico romano bautizado como Annus. Los detenidos, a juicio de los investigadores, «iban con el propósito de usar algo para su venta», pero descubrieron que en el yacimiento «no había nada de valor para ellos», con lo que a su entender «no sabían con lo que estaban tratando».