Con el fin de desempolvar un trozo de nuestra historia, y el propósito de despejar dudas y confusiones, en muchos casos intencionadas, los escritores Carlos de Olavarrieta y José Antonio Rodríguez han dedicado parte de su tiempo en investigar sobre el fenómeno del bandolerismo en la Andalucía, y muy especialmente sobre la figura de “los niños de Écija”.
Esta investigación se ha plasmado en un libro donde una de las partidas de bandoleros más conocidas de la historia, la de los “siete” niños de Écija, ha sido el centro de un estudio que ha llevado a los escritores a revisar más de 10.000 documentos, en su mayoría del Archivo Histórico Nacional, pero también de archivos locales y provinciales, con el fin de “dar una visión particular y en conjunto de esta partida de bandoleros”.
Entre las leyendas que los autores de este libro clarifican, esta la que establece que el número de integrantes de la partida era siete, según la documentación revisada, en la mayoría de los casos el número de miembros de la partida era superior, y un ejemplo de ello es que en el que se establece como momento de su desaparición, los bandoleros de la banda eran 13, de los cuales la mitad eran de Écija, con lo que por otro lado también se clarifica que la localidad astigitana era la ciudad natal de la mayoría de ellos.
En torno a este asunto, y al famoso dicho “ni eran siete, ni eran niños, ni eran de Écija” los autores ven tras él solo la intención -en su opinión, de cierta clase social- de ocultar un episodio de la historia de la ciudad considerado negativo o contraproducente para la imagen de la misma.
La monografía de “Los Niños de Écija” también acaba con mitos como que José María “El Tempranillo”, Juan Palomo o Tragabuches, formaron parte de la banda en algún momento de los cinco años -1813-1818- que duro la partida.
Los distintos capítulos que dividen este libro analizan desde la situación social previa a la aparición del bandolerismo hasta más allá de la desaparición de la partida de los niños de Écija, pasando por sus hazañas y barbaridades, o parte del tratamiento que de estos personajes ha tenido la historia, donde en la mayoría de los casos, y como destacaba Carlos de Olavarrieta “han perjudicado su imagen”.
El fenómeno de los niños de Écija y del bandolerismo en general, en opinión de los autores, ha sido maltratado y en torno a él siempre ha existido “una imperiosa necesidad de ocultar este capítulo de nuestra historia” algo que si se hubiera producido, por ejemplo en Estados Unidos, nos habría ofrecido otra imagen de los bandoleros a través del cine.
La presentación del libro “Los niños de Écija” ha estado organizada por la Asociación Amigos de Écija, y se ha llevado a cabo en el Palacio de Santaella.