La historia Écija de los últimos siglos está escrita, en sentido literal. Se recopila en miles de documentos que recogen desde el repartimiento de término municipal del siglo XIII, hasta el paso de Miguel de Cervantes en el siglo XVI. Todos esto documentos conforman el Archivo Municipal de Écija, un servicio que es un auténtico y valioso guardián de la historia, y que gracias a Marina Martín Ojeda, se pudo recuperar, ordenar y clasificar, a partir de las década de los ochenta del pasado siglo.
Marina Martín Ojeda es la archivera municipal, y ahora, en tiempos cercanos a su jubilación, la asociación Amigos de Écija ha querido reconocer su labor otorgándole una mención especial en la XXIV edición de los Premios en Defensa del Patrimonio Histórico. Por este motivo, en colaboración con la asociación, hemos querido profundizar en la historia y el trabajo de esta ecijana.
Pasión por la historia
¿De dónde parte tu inquietud por la historia?
Mi pasión por la historia fue muy temprana. Fue mi asignatura favorita mientras cursé el bachillerato en el Instituto San Fulgencio y en ello tuvo mucho que ver mi antigua profesora, Pilar Azpitarte. Su forma de explicar la historia, te hacía amarla (al menos a mí). Siempre me quedaba con ganas de saber más. Es por ello que opté por una licenciatura en Historia, que cursé en la Universidad de Sevilla, perteneciendo a la promoción 1977-1982.
¿Y por el mundo de la investigación y de los archivos?
Al iniciar mis estudios universitarios pensaba dedicarme a la docencia, pero una visita al Archivo General de Indias en el año 1980, el contacto directo con la documentación histórica, me hizo desechar esa idea. El impacto fue tal que opté por la especialidad de Historia de América, no tanto por vocación americanista como por vocación investigadora y hacia los archivos (¡y el de Indias era un magnífico filón!). De la citada especialidad formaba parte la asignatura llamada “Técnica de la investigación”, que me llevó a frecuentar el Archivo General de Indias. Esa asignatura era además impartida por el doctor Francisco Morales Padrón, con quien colaboré en 1981 en las tareas de inventariación del Archivo de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y es así como me inicié en las lides archivísticas.
Inicios
¿Cuándo inicias la organización del Archivo Municipal de Écija?
Recién obtenida la licenciatura, en 1982, fui becada por la Diputación de Sevilla para proceder a la clasificación e inventariación del Archivo Municipal de Écija, dentro del “Plan de organización y descripción de Archivos Municipales de la provincia de Sevilla” que dirigía Antonia Heredia Herrera, jefa del servicio de Archivos y Publicaciones de la referida Diputación.
¿Cuál era entonces la situación del Archivo?
El Archivo era entonces una ingente montaña de papeles apilados en el suelo, en la que el orden brillaba por su ausencia y de la que formaban parte los más variopintos objetos: platillos, cucharillas, sillas rotas, … ¡y hasta una dentadura postiza!. Pese al desorden manifiesto y al descomunal reto al que me enfrentaba, recuerdo mi primer día de trabajo en 1982 como uno de los más felices de mi vida: había mucho por hacer, pero también por descubrir. Y otro día feliz que me obsequió el Archivo Municipal fue, sin duda, el de mi toma de posesión de la plaza de archivera municipal tras aprobar las oposiciones en 1986.
Hallazgos
¿Qué hallazgo documental te ha impactado más?
Los documentos que más me han impactado al verlos por primera vez han sido muchísimos, unos por su significado, otros por su belleza plástica, … No obstante, podría destacar el libro del Repartimiento de Écija (s. XIII), los privilegios rodados (ss. XIII- XV), el famoso dibujo de la Fuente de las Ninfas (s. XVI), el dibujo de un retablo (s. XVII) que Pedro Freila de Guevara realizó para el hoy desaparecido convento del Espíritu Santo, el título de marqués de Cortes de Graena (s. XVII) o los documentos con la firma de Miguel de Cervantes.
Seguramente habrás detectado algún signo de expolio.
Efectivamente. El estado de abandono, al que se ha visto sometido el Archivo durante siglos, ha favorecido el expolio y también las intervenciones desafortunadas. La inventariación, llevada a cabo a partir de 1982, ha revelado la ausencia de muchas piezas archivísticas, aunque siempre queda la duda de si obedece esa falta a una sustracción, a un siniestro, a un olvido, … El expolio, en cambio, es manifiesto en el caso de documentos a los que se ha privado intencionadamente de alguna miniatura o de su sello real de validación. Asimismo muchos documentos (principalmente medievales) fueron objeto en los años 60 y 70 del siglo XX de una descabellada “restauración” a base de fixo (hoy ya desprendido, aunque ha dejado su huella amarilla).
¿Se ha conseguido recuperar alguna de las piezas sustraídas?
Sí, concretamente un Registro de escrituras notariales de 1679-1683, que se ofrecía en venta en el portal todocoleccion.net. Logró recuperarse en el año 2016, gracias a la interposición de la correspondiente denuncia y a la eficaz gestión de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional.
Anécdotas
Tantos años al frente del Archivo Municipal supongo que te habrán proporcionado alguna anécdota o alguna experiencia sobrecogedora.
Por supuesto, pero la experiencia más sobrecogedora fue la de propiciar el reencuentro de dos hermanos ecijanos después de 60 años. Huérfanos y separados durante la Guerra Civil, uno de los hermanos acudió al Archivo interesado en averiguar el paradero del otro. El sentimiento con el que narraba aquellos tristes momentos de su separación, logró conmoverme hasta el punto de que hice su causa mía propia. Investigué y logré dar con el paradero del hermano. Aunque lamentablemente se hallaba ingresado en el hospital siquiátrico de Miraflores, lograron reencontrarse y compartir sus últimos años de vida.
¿Son muchas las consultas / investigaciones que se realizan en el Archivo?
Son numerosas, pero hoy por hoy el 70% corresponden al Archivo Administrativo. El Archivo Histórico genera menos consultas y muchas de ellas son telemáticas. Las nuevas generaciones no suelen lanzarse al “ruedo” documental del papel o del pergamino. Investigaciones históricas presenciales y de larga duración son pocas, aunque las hay, y no sólo de ecijanos o de naturales de otras localidades españolas, sino de extranjeros que se trasladan por temporadas a nuestra ciudad para recabar datos. En concreto se están realizando ahora estudios por parte de ciudadanos de Perú, Brasil, EEUU, Portugal y Francia.
Congresos de Historia
Entre 1986-2003 se celebraron siete Congresos de Historia de Écija ¿qué nos puede contar de ellos?
Los Congresos de Historia de Écija se celebraron especialmente con el objetivo de potenciar el conocimiento de nuestro pasado y difundir la imagen que Écija se merece de comunidad histórica, cultural y artísticamente rica. Numerosos y reputados profesionales de la historia y del arte (como los doctores Genaro Chic García, Antonio Domínguez Ortiz, Manuel González Jiménez, Juan Miguel González Gómez, Piedad Bolaños Donoso, etc.) dedicaron su tiempo, sabiduría y buen hacer a escribir sobre nuestra historia con una metodología científica moderna. Estos congresos marcaron el camino a seguir en el tratamiento de nuestra historia, para que ésta dejara de ser una mera crónica localista. La edición y difusión de sus actas animaron además a muchas otras localidades a celebrar congresos similares.
Pese a ello, los Congresos de Historia de Écija fueron suprimidos de la programación cultural del Ayuntamiento, al ser tachados inexplicablemente de “elitistas”. La poca asistencia de público a sus sesiones llevó a tomar tan drástica medida, pero sus actas sí que han sido bastante leídas (dentro y fuera de nuestra ciudad) y han servido y siguen sirviendo de base a otros muchos estudios. Por tanto, el objetivo con el que nacieron, se cumplió.
Carencias
¿Qué carencias tiene en la actualidad el Archivo Municipal?
En Archivo cualquier logro exige de una potente inversión y las arcas municipales son exiguas. Se ha hecho mucho, pero queda mucho por hacer. Pese a existir una diferencia abismal respecto a 1982, hay carencias, tanto de personal como de medios. Con todo, el principal problema que tiene planteado el Archivo en la actualidad es la falta de espacio. Al estar recibiendo continuamente la documentación generada desde los distintos servicios municipales, el edificio se ha quedado pequeño. Solventar este problema implica su traslado a otro de más capacidad y habilitado al efecto, es decir, con las instalaciones pertinentes. Es por ello que se está elaborando ahora un genial proyecto que, sin duda, convertirá a Écija en destacado referente en España en cuestión de conservación documental y de proyección cultural y turística de los archivos. Esperemos que el proyecto se ejecute, ese es al menos mi gran deseo.