La trompetera, la enamoradiza, la que no tenemos, la que aumenta los niveles de serotonina- la hormona de la felicidad- la que pasa y no nos damos cuenta.
– Como la vida misma, vecina. Mascullé aquella mañana que me disponía a escribir un artículo que no sabía ni por dónde empezar.
– Vamos que ni “chicha ni limoná”. Nublado, no veremos el eclipse solar. Sonrió mirando al cielo.
El equinoccio de primavera trajo consigo un eclipse solar, un acontecimiento astronómico que no nos podíamos perder, así se nos anunciaba, y al final como si no hubiera pasado por que el encapotado cielo con el que amanecimos (el 20 de marzo) impidió que observáramos con claridad este fenómeno. La Luna cubrió por completo al Sol, o al menos eso dicen-yo no vi nada de nada-. Los expertos dicen que será nuevamente dentro de dos años, concretamente el 21 de agosto de 2017, cuando podamos disfrutar de este eclipse solar aunque en esta ocasión se estima que se produzca en un horario que coincidiría con la puesta del sol y por lo tanto no sería fácilmente visible. En fin que a los que nos gusta mirar al cielo, de día o de noche, nos tendríamos que esperar hasta el 12 de agosto del año 2026 para repetir la experiencia y verlo con claridad.
-¡Qué pena el romance entre la Luna y el Sol! .A ese no llego, estoy mayor.
-¿Cómo? ¡Que no llega querida del quinto! Eso es lo que hace falta que me diga.
Y con la primavera llegan las aguas mil, el cambio de temperatura, los días claros y las tardes más largas. Lorenzo empieza a hacerse protagonista en la Ciudad de la que es el astro Rey y el más populoso vecino.
-Y las alergias, las alergias…
-Claro que sí. También la astenia para los inadaptados primaverales. Maticé.
-La primavera llegó y se irá cómo ha venido, señora letrada. Aquí vamos a pasar al agua “chocha” en lo que explota un “ciquitraque”.
-Dirá ciquitroque. A mí me encanta. Riquísimo. ¿Explota? Pregunté absorta.
-¿Cómo que riquísimo? Ayayay amiga…
-Querida ya está usted con su verbo incontinente del que por ser hija de Écija a veces me entero y otras no, pero no sé si lo hará todo el mundo. (El señor Gitano, seguro que sí)
-¡Hala!, no se ponga como una curiana. ¿No tiene una gomichi?, me tengo que averigüar el moño. Me voy al pregón, de Semana Santa, de Fran Durán, lo digo porque de la Cuaresma, que también se marcha,”ná” de “ná”. Ni”mú” ha dicho usted. Me pondré un “niqui” o un “saquito”, como dice su compañero Juan, y a correr. Dijo rehilando temas.
Y se marchó, “garrapateando”, entonando aquello de Los Delincuentes: “Tu sólo quieres quererme cuando tú quieras, cuando hueles los naranjos y la sangre se te altera. Tu sólo quieres quererme en primavera pero yo no soy Pinocho que el corazón tiene de madera”.
-¡…no se ponga nada “pichichiiiiii”! Le grité (no me quedó más remedio).
La Luna de primavera ya está aquí y con ella una nueva estación, envidia de las demás por aquello de que es la más bonita y de la han surgido los más bonitos versos. ¡Ya le gustaría seguro al otoño ser el eterno florecimiento! La Luz le ha estado ganando terreno a la oscuridad y ahora cada día que pasa el sol sale antes y se pone después, pero no solo eso, también calienta más. Por cierto, desde aquí felicitaciones a mí Castilla del alma, al Plácido sol inicia una nueva primavera.
Me marcho un día más y hoy en honor a mi querida del quinto, y a su parlamento ecijano, me voy a tomar un “vargas”. Si quieren les invito. En el quinto les espero.
Besos.
María del Valle Pardal-Castilla
