Que no, que no, que no…que no me entero. ¿O sí? El paso de los años está mermando mis facultades. Me lo decía mí vecina hace unos días.
-¡Hay que ver cómo pasa el tiempo! ¿Has visto el parte? 50 años ya desde que abriera el Instituto del Cerro. ¡Me hago mayor! -repetía en un suspiro que se llevaba el aire.
Yo en mí conciencia inconsciente la miraba de reojo para que se diera cuenta de que estaba intentando leer, pero la buena mujer insistía.
El tiempo pasa inexorablemente por todos. Por el IES San Fulgencio hemos pasado muchas generaciones de estudiantes, profesores, directores, conserjes, bedeles (a mí me tocó a Manolo, no recuerdo el apellido, y ¡Ceferino Madero!).
Hace unos días se presentaba el programa de actividades del cincuentenario de la mano del actual director, Raimundo Alba, y de Francisco Serrano Zurita, miembro de la Comisión Organizadora de este aniversario. ¿Cómo era aquel hombre de pelo canoso, de bigote de igual porte? Tan serio, tan serio ¡que oye! asustaba al más pacificador (a mí no, o sí, la verdad es que no lo recuerdo). Con los años y el trato descubrí una imagen distinta de aquel administrativo pegado a una ventanilla por la que a diario pasábamos cientos alumnos.
Hoy sé que hemos sido 36.000 los ecijanos y jóvenes de la comarca los que pasamos por sus aulas y de los que 5000 aprobamos el COU de entonces.
1100 profesores entre los que recuerdo a Antonio Aragonés, Felipe Muriel, Joaquín León, Antonio Capdevilla, Antonio Pérez Daza, Conchita Ortega, Conchita Boy o Andrea Cañete, ¡madre mía! …y tantos y tantos que a fin de cuentas han sido, son y serán historia de un centro que abriera sus puertas el 5 de octubre de 1965.
Por cierto se me difumina en la retentiva un profesor de historia, cordobés, del Real Madrid, que nos convirtió a muchos al “merenguismo”, (no sucumbí porque nunca me gustó el fútbol), pero cierto es que algunos le escribimos al final del algún que otro examen el “manque pierda” del Betis (hoy confieso).
Los recuperadores de aquella memoria traen a la mía un buen puñado de sentimientos y de recuerdos, de amigos y de compañeros. De jornadas matutinas y vespertinas, de excursiones y de exámenes por supuesto. Para celebrar este aniversario se ha repetido la historia, como se repite cada comienzo de curso. Ha habido nueva placa, izado de bandera y acto corporativo.
Los cuatro cursos que hice en el San Fulgencio, he de reconocer que fueron de los mejores que he vivido en mí época de estudiante y de los que conservo muy buenas amistades que lejos de haberse perdido con el paso del tiempo se consolidaron con los años.
Somos chicos de oro, cumplimos cincuenta años. ¡Dios mío! , mí vecina tenía razón los de pelo canoso lo tienen aún más blanco y los de mí generación ya pintamos canas.
Hoy de nuevo ahí sigue ella, dándole a la sin hueso. ¡Me voy a tomar una manzanilla! o una tila, no sé lo que será mejor, después de tanta parrafada dialéctica de mí contigua del quinto.
Felicidades compañeros.
María del Valle Pardal Castilla