Lo malo de la gente que llega a la política sin ideología, es que lo que busca es la medalla o el jornal.
Lo malo de la mayoría de las ideologías, es que malparen individuos sordos e intolerantes para otras posibles soluciones o consignas que no sean las dictadas por los aparatos de sus partidos.
Lo malo que nos sucede en España, es que las ideologías son tan viscerales, que cada una va a su sombra y, cuando se juntan, sólo lo hacen al calor de la codicia, la rabia, la indignación o el despecho… y ésa es mala algamasa para construir futuros felices o ilusiones duraderas para el Pueblo.
Por eso me temo que, lo malo de un invento como PODEMOS -que ha juntado a tanta gente distinta, de tan diversas e, incluso contrarias ideologías, que sólo se ayuntaron por las tripas, en función de la indignación y la rabia acumulada durante la última crisis-, será que, más pronto que tarde, cada uno querrá actuar según su instinto y dará mamporros según su entendimiento o su capacidad; y, seguramente -con tanto bastonazo de ciego-, al final, ninguno sabrá cómo darle un palo al agua… y, si no, al tiempo.
Francisco Fernández-Pro