La historia de la Hermandad de “El Silencio” está vinculada a un lienzo datado en el siglo XVII, y en el que se presenta la imagen de Jesús Nazareno Abrazado a la Cruz. Este cuadro ha permanecido en el convento de la Visitación de San Isabel, conocido popularmente en Écija como el de “Las Filipensas”. Ahora, y con la marcha de la congregación que lo custodiaba, las Filipenses, estas ha tenido a bien aceptar la petición de la hermandad de ceder el cuadro que está considerado como el origen fundacional de la hermandad.
La pintura ya se encuentra en poder de la hermandad, y será colocada en un lugar preferente de la Iglesia Mayor de Santa Cruz de Écija, concretamente está situada en uno de los reposteros de la Capilla de la Hermandad de «El Silencio».
Antes de llegar a este momento, la hermandad cursó una petición a la congregación de las Filipenses tras conocer que abandonarían la ciudad a finales del pasado año. Una vez aceptada la solicitud se puso en marcha todo el proceso para rubricar el acuerdo entre las partes, algo que se realizó ante notario en la Casa General de la Congregación en la ciudad de Sevilla.
Hasta la ciudad Hispalense, se desplazó el jueves 26 de marzo, una comisión formada por varios oficiales de Junta, encabezada por su Hermano Mayor. Allí, les recibió la Madre General de las MM. Filipenses junto a miembros de la Curia General de Congregación.
Tanto para la corporación de la “Madrugá”, como para la ciudad de Écija, esta anhelada consecución, supone todo un acontecimiento histórico, no sólo por la antigüedad de la pintura en sí, sino por el amplio significado emocional que encierra la obra pictórica. Ya que esta, propició el origen fundacional de la propia hermandad en el año de 1666.
La obra es un cuadro de grandes dimensiones (2,38 m x 1,74 m) –ver imagen– que está datado en el siglo XVII.