.-La Junta de Andalucía recomienda evitar la exposición directa al sol, usar ropa ligera y beber abundante líquido en verano. Estos son algunos de los consejos que se incluyen en el Plan de Prevención contra los Efectos de las Altas Temperaturas, que traslada estos mensajes para paliar los efectos del calor en la salud.
La secretaria general de Salud Pública y Participación, Josefa Ruiz, ha informado hoy sobre las medidas enmarcadas en esta estrategia que la que la Consejería de Salud pone en marcha desde hace seis años para proteger a la población durante el periodo estival. Este plan, que permanece activo entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, es fruto de la coordinación entre las consejerías de Salud e Igualdad y Bienestar Social, el Ministerio de Sanidad y Política Social, los ayuntamientos, el 112, las residencias de ancianos y los centros de acogida, junto a toda la red asistencial del sistema sanitario público.
Ante la subida de temperaturas, existen algunos consejos sencillos de índole general que pueden ayudar a combatir los efectos del calor en el organismo. Se recomienda evitar las salidas y actividades físicas en las horas de más calor, especialmente entre las 11 y las 17 horas, y mantenerse a la sombra. Es aconsejable vestir ropa ligera y amplia (de algodón, por ejemplo), de color claro y llevar la cabeza protegida. También se recomienda cerrar las ventanas y cortinas en las fachadas expuestas al sol y mantenerlas cerradas mientras la temperatura exterior sea superior a la interior.
Además, Salud aconseja permanecer en las habitaciones más frescas del domicilio, ducharse o bañarse varias veces para refrescar el cuerpo o humidificar las ropas. Es importante que se beba abundantes líquidos (agua, zumos…), incluso sin sed e intentar no consumir bebidas alcohólicas y tomar frutas y verduras.
Si se toman medicamentos o se perciben síntomas inhabituales, es aconsejable que se consulte al médico de atención primaria.
Precaución con los más pequeños
La Consejería de Salud incide un año más en las recomendaciones para minimizar los efectos del calor en los más pequeños, ya que es uno de los colectivos más vulnerables. La temperatura corporal de los niños se eleva más rápido y carecen de la suficiente capacidad de sudoración para eliminar el calor. Para estar preparados, los padres andaluces pueden contar con una previsión de las temperaturas vía SMS solicitando este servicio a Salud Responde.
Salud recomienda evitar la exposición directa al sol de bebés de menos de seis meses a cualquier hora del día y de niños pequeños entre las 11 y las 17 horas. Es importante que estos cuenten con la debida protección, que será mayor cuanto más pequeño sea el niño, con el uso de elementos como gorras, gafas o parasoles, y que el menor beba líquidos con frecuencia, aunque no tenga sed.
Otro de los consejos que se trasladan para este colectivo pasa por el uso de protectores resistentes al agua con un factor mínimo de protección del 25 al 30, que aumentaría en el caso de que tuvieran la piel clara. Este producto se debe aplicar media hora antes y cada dos horas, así como tras el baño. Además, en cuanto a la alimentación, en niños lactantes se aconseja que se mantenga la leche materna como alimentación exclusiva y en niños mayores se recomienda que se aumente el consumo de frutas y verduras, a la vez que se eviten las comidas ricas en grasas.
La Consejería de Salud también resalta que debe evitarse dejar a los menores en lugares cerrados y expuestos al sol sin medidas de climatización, como los coches, las casetas o las tiendas de campaña.
En caso de una posible deshidratación, que muestra síntomas como la piel seca, la sequedad de la boca o los ojos hundidos, se debe administrar agua o soluciones glucosalinas por la boca siempre que el niño esté consciente, situarlo en un lugar fresco y ventilado y si se presentan vómitos u otros síntomas asociados se aconseja solicitar asistencia sanitaria. Si fuese un golpe de calor, que se detecta cuando la piel, además de estar seca, comienza a sentirse caliente y enrojecida, hay un cese de la sudoración, fatiga, e incluso existen vómitos, dificultad respiratoria, taquicardia e inconsciencia, es importante colocar al niño en un lugar fresco y ventilado; aflojarle o retirarle la ropa y envolver el cuerpo en sábanas húmedas. En caso de pérdida del conocimiento se debe colocar al niño de lado, y por supuesto, solicitar asistencia.
Junto a esta atención especial los niños, este programa de prevención continuará haciendo un especial hincapié en los colectivos más vulnerables ante las altas temperaturas, como los mayores, enfermos crónicos, y personas que trabajan expuestas al sol. En este sentido, todas las actuaciones se dirigen a poner a disposición de la ciudadanía, y especialmente de estas personas, toda la información necesaria para prevenir posibles situaciones de riesgo para la salud asociadas al calor.
Canales de información
La información difundida a la población es accesible a través de diversos canales, entre los que se encuentra la plataforma multimedia ‘Informarse.es Salud’, disponible para todos los ciudadanos a través de Internet, móviles 3G y pantallas de los centros sanitarios. Los vídeos pueden descargarse desde la web de ‘Informarse.es Salud’ (www.informarseessalud.org), el enlace a este servicio que hay en el portal de la Consejería de Salud (www.juntadeandalucia.es/salud) y desde los móviles de tercera generación (www.informarseessalud.org/movil), además de difundirse en las pantallas informativas de los centros sanitarios. Este verano, este servicio volverá a incluir contenidos para hacer frente a las altas temperaturas.
A ello hay que sumar los mensajes SMS a las personas inscritas en este servicio de Salud Responde –a través del teléfono 902 505 060-, del que el año pasado ya se remitieron cerca de 66.000 mensajes con consejos sanitarios, el 24.3 % a la provincia de Sevilla con 15.930 mensajes emitidos.
Mayores
Asimismo, la Consejería de Salud continuará dedicando una atención especial a los mayores. En este sentido, ha enviado a todas las personas con más de 65 años una carta personalizada en la que se les informa de la existencia del plan, de la necesidad de cuidarse y de los recursos que tienen a su alcance en caso de urgencia.
El Plan de Prevención ante los Efectos de las Altas Temperaturas se basa en la coordinación entre las instituciones implicadas y la prevención sobre toda la población, especialmente en los grupos de personas con un mayor riesgo, a las que se identifica y realiza un seguimiento personalizado. Esta captación la realizan 307 enfermeras gestoras de casos y las 4.344 de familia de los centros de salud de Andalucía.
Este plan continuará centrándose en los ancianos y pacientes frágiles existentes en Andalucía, fundamentalmente personas mayores de 65 años, que viven solas y padecen una patología crónica de riesgo, a lo que se suma la ausencia de condiciones de habilitabilidad adecuadas para protegerse del calor. Las enfermeras gestoras de casos y de familia de Andalucía realizan a estas personas un seguimiento periódico, evaluando previamente su estado de salud y los riesgos que presentan, y ofreciéndoles material de apoyo a ellos y a sus familiares. La media de edad de los pacientes de riesgo es de 82 años, el 44% de estos pacientes viven solos y el 38% con otra persona mayor de 65 años.
Por su parte, el personal de enfermería del sistema sanitario público andaluz identificó el año pasado a 7.272 personas, 1.212 de Sevilla y su provincia, que podían estar en situación de riesgo o vulnerabilidad por el calor, y a las que se realizó un seguimiento continuado de su estado mediante llamadas de Salud Responde. En total, se realizaron 3.376 llamadas a estas personas, 2.093 de Sevilla, que permite identificar las situaciones y problemas del paciente e interconectar a las enfermeras de enlace, las de familia y Salud Responde.
Gracias a este sistema, cuatro pacientes pudieron ser atendidos por los dispositivos de cuidados críticos y urgencias, lo que supone que se pudo identificar un problema grave de salud sobre la marcha y poner al alcance del ciudadano el recurso adecuado para atenderlo.
Este sistema permite, recoger los datos clínicos y sociológicos de los pacientes frágiles, de manera que las enfermeras encargadas de su seguimiento puedan detectar precozmente posibles problemas de salud. La aplicación informática guía de manera intuitiva a las enfermeras, facilitándoles la detección precoz de posibles problemas de salud y la activación de los recursos asistenciales más adecuados.
De otro lado, Andalucía cuenta con un programa de seguimiento para pacientes frágiles que han recibido el alta hospitalaria durante fines de semana o días festivos, y cuya situación de salud requiere un seguimiento directo y proactivo. En estos casos, 3.926 personas fueron identificadas por el personal de enfermería y en 17 de ellos, fue necesaria la derivación a los dispositivos de cuidados críticos y urgencias.
Las actuaciones de Salud dentro de este plan se centran también en las cuidadoras de grandes dependientes, a las que se ofrece información para poder actuar y prevenir complicaciones.
Niveles
La predicción, con una antelación suficiente, de aquellas temperaturas que puedan derivar en una situación de riesgo es la base que sustenta todas las actuaciones de este plan. Así, se continuarán analizando las previsiones de temperaturas facilitadas por la Agencia Estatal de Meteorología para los siguientes cinco días, notificando los datos a nivel provincial, de modo que puedan activarse los servicios y recursos correspondientes oportunos en cada momento.
Atendiendo a esta información se establecen cuatro niveles de intervención con objeto de adaptar en mayor medida los recursos a las temperaturas registradas.
Así, se establece un nivel 0 ó verde, que se mantendrá mientras no se prevé que se superen los las temperaturas establecidas como máximas y mínimas; un nivel amarillo o de bajo riesgo, que se activará cuando esté previsto que durante uno o dos días se superen estos límites; un nivel naranja o de riesgo medio que se activará cuando se prevea la superación de las temperaturas máximas y mínimas durante tres o cuatro días; y un nivel rojo o de riesgo elevado cuando las temperaturas se superen durante cinco días.
POBLACIÓN DIANA
Mayores de 65 años de edad: envío de información personalizada con consejos e información básica.
Pacientes que viven solos, con una patología crónica de riesgo y en viviendas sin condiciones para protegerse del calor: seguimiento por las enfermeras de enlace y familia.
Pacientes de especial vulnerabilidad, con varias patologías, polimedicados, solos y en domicilios no adecuados: seguimiento telefónico individualizado a través de ‘Salud Responde’ y seguimiento telemático.
Niños con patologías crónicas: envío de mensajes SMS, previa solicitud, con consejos e información sobre temperaturas.
Menores de cuatro años: información en la página web de la Consejería .
Cuidadoras: captación activa a través de las enfermeras de enlace y domicilio para ofrecerles información y recomendaciones de utilidad para ellas y los pacientes a los que atienden, y envío de mensajes SMS previa solicitud.
EFECTOS DEL CALOR EN EL ORGANISMO
La exposición prolongada a elevadas temperaturas puede suponer una agresión importante para el organismo. Los efectos del calor se hacen notar cuando el cuerpo no puede adaptarse a las altas temperaturas y esta situación se mantiene de forma continuada durante varios días, en una atmósfera muy húmeda y sin viento.
Existen determinados colectivos que deben extremar precauciones ante las elevadas temperaturas, por ser especialmente frágiles ante el calor: personas mayores y niños; personas afectadas por alteraciones de memoria o dependientes en su vida diaria; aquellos que siguen determinados tratamientos médicos (tranquilizantes, antidepresivos, psicotropos, diuréticos y algunos hipotensores); personas con patologías crónicas (cardiovasculares, obesidad, desnutrición, diabetes, Parkinson, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal o vascular periférica y demencias); las personas con fiebre o patologías agudas; los consumidores de sustancias tóxicas, alcohol u otras drogas, y todos aquellos que hayan manifestado dificultad de adaptación al calor.
Cuando el organismo no puede mantener su temperatura alrededor de los 37 grados y es incapaz de rehidratarse, pueden aparecer distintas patologías:
Insolación: se produce después de una exposición prolongada y directa al sol, sobre todo entre las 11.00 y las 17.00 horas. Una insolación suele manifestarse por violentos dolores de cabeza, somnolencia, naúseas, pérdida de conocimiento, fiebre elevada y, en ocasiones, quemaduras en la piel. Para afrontar este problema de salud es muy importante refrescar con aire o agua a la persona afectada.
Calambres por calor: son calambres musculares que a menudo aparecen acompañados de una transpiración excesiva. Para tratarlos es necesario cesar toda actividad y permanecer en reposo durante varias horas, en un entorno fresco, beber agua, zumos de fruta, etc. Si los síntomas persisten durante más de una hora, es recomendable consultar con los servicios de salud.
Agotamiento-deshidratación debido al calor: aparece después de sufrir varias jornadas de calor y experimentar una sudoración intensa durante todo este tiempo. Suele manifestarse con desvanecimientos, debilidad y cansancio, insomnio y agitación nocturna. En estos casos es necesario descansar en un entorno fresco, beber agua y zumos de fruta, y consultar con los servicios de salud si estos síntomas persisten o se agravan.
Agravamiento de patologías: un calor excesivo puede derivar también en ciertos casos en un agravamiento y descompensación de las patologías crónicas que algunas personas padecen previamente.
Golpe de calor: es la patología que reviste una mayor gravedad, y es muy importante NO CONFUNDIRLA con el resto de las dolencias derivadas de las altas temperaturas ni utilizarla como sinónimo de cualquier trastorno provocado por este motivo. El golpe de calor se produce cuando el organismo no puede controlar ni regular su temperatura, que aumenta muy deprisa. Los síntomas son piel caliente, roja y seca, náuseas y sed intensa; somnolencia y/o agresividad inhabitual; obnubilación y pérdida de conciencia; y convulsiones.
Ante la aparición de un golpe de calor es preciso solicitar asistencia médica urgente. Mientras ésta llega, hay que colocar a la persona afectada en un entorno fresco y enfriarla con aire o agua fría, ya sea con una ducha o baño o mojando sus ropas. Los deportistas, trabajadores expuestos al calor, bebés, personas mayores, discapacitados o enfermos crónicos son especialmente sensibles a los golpes de calor.