La Consejería de Cultura ha abierto un periodo de información pública en cuanto al procedimiento administrativo incoado para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural con la tipología de Monumento, el convento de la Santísima Trinidad y Purísima Concepción de Écija (Sevilla), un edificio de rasgos mudéjares y barrocos conocido como ‘Las Marroquíes’ y creado en 1582 a partir de las viviendas de las tres hermanas de la familia Marroquí que promovieron su fundación.
Según una resolución firmada por el delegado provincial de la Consejería de Cultura, Bernardo Bueno, y recogida por Europa Press, el procedimiento iniciado el pasado mes de julio de 2008 está ya sometido a información pública y, atendiendo al estado de las actuaciones administrativas, el expediente de dicho procedimiento queda a disposición de particulares e instituciones durante un plazo de un mes.
En el expediente, la directora general de Bienes Culturales, Guadalupe Ruiz, aconseja este grado de protección para el monumento astigitano entendiendo que este convento enclavado en la calle Secretario Armesto es un «magnífico ejemplo del arte mudéjar y barroco andaluz», destacando los valores arquitectónicos de su «original» espadaña angular y su rica colección de pinturas, retablos, esculturas y orfebrería.
Según documentos históricos, en 1582 las hermanas Luisa, Catalina, Ana y Francisca Marroquí, descendientes de una de las más antiguas familias de Écija, decidieron fundar un monasterio de religiosas, ofreciendo para la empresa, entre otros bienes, las casas de su morada. La bendición de la nueva iglesia y recinto conventual tuvo lugar el día 21 de mayo de 1596, bajo la advocación de la Santísima Trinidad y Purísima Concepción; la Orden religiosa a la que se encomendó el nuevo cenobio fue la Concepcionista Franciscana, aunque el pueblo ecijano pronto empezó a conocerlas como ‘Las Marroquíes’.
REFORMAS TRAS EL TERREMOTO DE LISBOA
El terremoto de 1755 debió motivar la reconstrucción de las bóvedas del coro bajo de la iglesia, el campanario y el torreón-mirador de la portería, que muestran las características más genuinas y esenciales del barroco ecijano. Las continuas reconstrucciones que afectaron al interior de la clausura y la acusada ruina padecida por la misma durante el siglo XX motivaron su derribo total en 1974, permaneciendo en pie sólo la iglesia con su sacristía y la portería del convento.
Las nuevas dependencias que hoy forman la clausura fueron construidas entre 1983 y 1995, manteniendo en sus formas los esquemas arquitectónicos tradicionales y reutilizando algunos materiales originales.
La iglesia de ‘Las Marroquíes’ sigue la tipología tradicional de los templos conventuales sevillanos y está formada por una nave única que no diferencia el presbiterio, con estructura de cajón alargado y rematada en testero plano. A los pies de la iglesia, como prolongación de la nave y separado por una tupida reja de hierro forjado, se encuentra el coro, dividido en planta baja y alta, hallándose oculta la parte superior por una celosía de madera.
El templo está adornado con diverso mobiliario formado por retablos, esculturas y pinturas sobre lienzo. Ocultas tras el retablo mayor y ocupando, en su mayor parte, el testero del presbiterio, existen unas pinturas murales realizadas a base de mortero de cal y arena, que representan a Cristo en la Cruz, rodeado por la Virgen María, San Juan Evangelista y María Magdalena, y que pueden fecharse entre 1600 y 1610.
La cubierta de la nave es una soberbia armadura apeinazada de par y nudillo, que mide 15,35 metros de largo y 6,10 metros de ancho, estando dotada de arrocabe con doble alicer pero desprovista de tirantes.
