El Baluarte de la Candelaria de Cádiz, pasará a la historia del flamenco ecijano por ser el lugar donde un joven cantaor, de tan solo 13 años, recibía de manos de uno de los grandes del cante, como es Miguel Poveda, las bendiciones del arte flamenco, hablamos de Kiko Peña.
Ante un público exigente como el de la “Tacita de Plata”, el joven cantaor ecijano se defendió con varios cantes entre los que se encontraban las bulerías o las seguiriyas, algo que impresionó a propios extraños, por la dificultad que conlleva. En sus letras tuvo detalles para la ciudad que lo acogía, para la que lo vio nace y para el gran Chano Lobato, cantaor recientemente fallecido al que se le rendía homenaje en esta edición de los Jueves Flamencos.
Tras la actuación, Kiko, confesó haberse encontrado muy a gusto y que era consciente de la responsabilidad que suponía presentarse ante Cádiz.
El joven ecijano Kiko Peña, ha estado acompañado a la guitarra por Antonio García, hijo, también natural de la “Ciudad de las Torres” y que ha acompañado al joven cantaor desde sus inicios.
Aunque el apadrinamiento se ha hecho oficial este jueves en Cádiz, dentro del ciclo “Los jueves flamencos” que organiza la peña gaditana y flamenca Enrique “El Mellizo”, Miguel Poveda viene siguiendo la andadura del joven artistas desde hace algún tiempo, y no ha sido raro verlo como lo acompañaba en pequeñas actuaciones. Es tanto la admiración que Poveda presenta ante este cantaor ecijano, que en entrevistas concedidas por el artista catalán a medios hablados y escritos de nivel nacional, ha destacado el buen hacer de Kiko Peña e incluso ha anunciado un proyecto discográfico en común, que contará con la producción de mismo Poveda, un disco que si todo sale bien, comenzará a grabarse en otoño.
De cuna de artistas –del cante y el toreo- Kiko Peña ha inyectado savia nueva al flamenco, y se perfila como una joven promesa del cante en los estilos más variados, los cuales estudia, analiza e interpreta, con gran pasión.