Agzo y Agza, en la caverna, se arrebujaban cuerpo contra cuerpo para combatir la helada.
-¡¡Uffff!!... ¡¡Cuánto frío hacer!!... –acertó a decir el hombre en la tiritera.
- Nosotros estar en las glaciaciones… - señaló la mujer.
- ¡Yo tener frío!...-siguió quejándose Agzo-… ¡Yo tener hambre!.
- ¡Hay que buscar comida!...
La realidad se impone. Los datos cantan. Lo de Grecia no tiene nombre: todo es un chantaje. Syriza sabe que la Unión Europea es un sistema de cordada en ensamble, donde todos los países que la componen andan, junto al precipicio, unidos e interdependientes. Por eso nos chulea. Piensan que si ellos caen, caemos todos… y casi están en lo cierto: antes de ayer, tras el anuncio de que el Gobierno Griego estaba dispuesto a cerrar los bancos, la Bolsa Española descendió el 5’25 %, mientras su Prima de Riesgo subió 70 puntos (de los 118 con los que cerró el jueves, a los 188 del viernes). Hay bancos importantes con Deuda Griega, que temen los impagos. Eso podría provocar la desconfianza y que dejaran de prestarse entre sí, con lo que caerían las inversiones. También los españoles lo vamos a sentir. Seguro.
Cuando hace un par de meses cené con el líder de Podemos en Écija, Pablo Fontales, no podía comprender su aseveración de que lo que decía Pablo Iglesias no era lo que decía Podemos. Ni entendía que él no compartiera las palabras ni las propuestas del líder nacional de su formación, cuando ambos pertenecían al mismo Podemos. Más, como ocurre con la Teoría del Caos, con Podemos hay que esperar un cierto tiempo para llegar a comprender algunos aspectos de su comportamiento grupal.
Estaba equivocado con Susana Díaz. Lo reconozco. Con Susana Díaz y con Ciudadanos.
Hace unos meses afirmé que Susana me parecía más ratona que leona y me equivoqué. Susana Díaz le ha enseñado los dientes a su Secretario General y le ha demostrado, con su firmeza, que no está de acuerdo con la política de pactos que ha iniciado Pedro Sánchez con la extrema izquierda y los ultranacionalistas. Me alegro de haberme equivocado.
