Como ya adelantaba EcijaWeb.com el pasado 10 de marrzo, la asociación Hispania Nostra, estaba estudiando la posibilidad de incluir en su Lista Roja del Patrimonio, el Real Monasterio de Santa Inés del Valle, como ya hiciera con el Palacio de Peñaflor años atrás, algo que finalmente ha ocurrido y ya se registra el edificio religioso ecijano entre el patrimonio en peligro de desaparecer.
Esta lista recoge aquellos elementos del Patrimonio Histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, algo que concuerda con el estado en el que se encuentra el convento de Santa Inés, cuyo claustro del siglo XV tiene “riego de hundimiento”, como recoge el acta de Hispoania Nostra, y mantiene desde hace años la asociación Amigos de Écija.
La asociación ecijana comenzó hace más dos décadas -en 1989- campaña alertando de la situación en la que se encontraba el convento -y las dificultades económicas que tiene la congregación de las franciscanas clarisas que les impiden hacer frente a los costes de rehabilitación y mantenimiento del edificio.
En los últimos años los derrumbes, especialmente en claustro, han sido constantes, coincidiendo en su mayoría con temporadas de lluvias, lo que llevaba ya hace años a apuntalar la práctica totalidad del claustro.
Tras los últimos desprendimientos la asociación ha mantenido una reunión con las autoridades locales para que pongan en conocimiento del Ministerio de Cultura el estado en el que se encuentra el convento y especialmente su claustro. Al mismo tiempo se va hacer llegar a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, un informe sobre la situación del edificio.
Real Monasterio de Santa Inés del Valle
El Real Monasterio de Santa Inés del Valle, tiene en su historia haber acogido en sus aposentos a la reina Isabel la Católica en una de sus campañas de recogida de fondos para la reconquista de Granada, la celda en la que se hospedo aun se conserva, pero como todo en el convento, se encuentra en un lamentable estado.
El monasterio data de 1487 y tuvo entre sus benefactoras a la emperatriz María de Austria y la Infanta Isabel Clara de Eugenia, que legaron valiosas obras reliquias, entre las que destacaba una espina de la corona de Jesucristo. En 1622 un incendio acabo con la iglesia, el coro, dos alas del claustro y gran parte de las reliquias, algunas desaparecieron en el incendio y otras robadas de los restos del convento. Varios años después, en 1625, el edificio también sufrió el azote de las aguas en una gran inundación, y ya en el siglo XX se derrumbó la techumbre. A todas estas calamidades ahora se suma la dejadez de las instituciones y de la iglesia, que ven impasibles como se cae una parte de la historia de Écija.