Hoy desayuné con una noticia de escalofrío. Chema Rodríguez, recogía en el diario El Mundo, una denuncia presentada por la Asociación Moronera Independiente (AMA), que nos afecta muy directamente a los ecijanos: El Consorcio de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas PLAN ÉCIJA, reparte, anualmente, 80.000 euros, en concepto de dietas de asistencia, entre cuatro de los cinco alcaldes que andan chupando en su Comisión Ejecutiva (el de Arahal tuvo la vergüenza de renunciar a las suyas). Estos alcaldes son los de Osuna, la Puebla de Cazalla, Marchena y Morón. Cada edil se embolsa 325 euros por reunión celebrada; y todos los miércoles se celebra una. Hagan los cálculos, por favor.
Me da escalofrío este asunto, porque estos señores se llevan calentito –por un par de horas de reunión- casi la paga para todo el mes de un parado de larga duración.
Me da escalofríos, porque en este Consorcio –que nació a partir de la faraónica obra que, inicialmente, sólo costearon los ecijanos en los años sesenta de la pasada centuria para poder traer agua desde El Retortillo a esta zona de sequía-, los únicos que no pinchan ni cortan son, precisamente, los ecijanos porque -¡fíjate por donde!- los municipios a los que se les invitó a participar de un Bien tan para todos, posteriormente fueron tomando posiciones, se pusieron de acuerdo y, por mor de las alianzas políticas, desbancaron de la Presidencia del Consorcio Plan Écija al Alcalde de Écija que, por razón de justicia histórica y de población, casi tendría que serlo de forma permanente.
Pero, sobre todo, siento escalofríos cuando observo que de los cuatro alcaldes, favorecidos por estas alianzas tan injustas y estos repartos tan vergonzosos, tres son del PSOE y uno de IU… pues, ¡toma ya, con los partidos de los trabajadores!, que digo yo.
En mi penúltimo artículo, afirmaba que la permisividad que el voto de los andaluces tiene con la corrupción tan descarada que sufrimos, sólo puede explicarse por una cuestión de genes. Hoy, no sólo me reafirmo en lo escrito sino que, además –y tras experimentar tan agudos escalofríos-, por mucho que me pese, he de reconocer que estos genes es que los tenemos como agilipollaos…
Francisco Fernández-Pro
