¿PASODOBLE MACHISTA?
…para una Reina del Carnaval, que no será.
Yo que fui tu Pregonero
-el primero del Cabrera-,
hoy me atrevo, Carnaval,
a hablarte de esta manera:
Ha pasado mucho tiempo
por la Vida y por la vera
y, jodiendo tu Alegría,
están cambiando las fiestas
no sólo de los febreros
sino de todas las fechas,
y no sólo de este Pueblo,
también de la España entera.
Ha llegado nueva gente
y han traído cosas nuevas
(las cosas que no pensábamos,
ellos ahora las piensan…
y, donde todo era ingenuo,
ahora encuentran mil rarezas)
Más entre tantos inventos
que nos traen a la carrera,
han dictado que te olvides,
Carnavales, de tu Reina…
y yo, que fui pregonero
-el primero de tu cuenta,
cuando el Cabrera era un Pueblo
que no pensaba en jodiendas-,
cojo la adarga y la lanza
y me lanzo con presteza
a estos Caminos del Verso
por deshacer tal vileza,
pues ¿qué agravio puede haber
en rendirse a la belleza?
¿Qué mujer puede agraviarse
por ser musa de un poeta
y en pasodobles hermosos
escuchar letras y letras
dedicados a su cara,
a su gracia, a la manera
que tiene la astigitana
de ser mujer hechicera?
¿Quién puede sentir agravio
por escuchar un poema
que le dicen a una hija,
a una hermana o a una reina,
cuando la mecen a hombros
las voces carnavaleras?
Ya sea alta o ya sea baja,
ya sea rubia o sea morena,
con más pelo o menos pelo,
más gordita o más esbelta…
¿a qué mujer que se precie
no le gusta una lindeza?
Bajo estas torres tan altas,
a la sombra de esta estrella
-que es el Sol que nos alumbra
y que en verano nos quema-,
nacen mujeres tan guapas,
que me merece la pena
pasar hasta por machista
rimando con estas letras
las sonrisas de sus labios,
y el ritmo de sus caderas,
con el brillo de sus ojos
cuando nos miran de cerca.
Y que nadie se moleste
si afirmo que, en esta fiesta,
yo echaré siempre de menos
la belleza de una Reina.