Dicen que rectificar es de sabios y yo lo creo a pie juntillas, por eso, cuando uno mete la pata y, después, rectifica, salgo a la palestra y lo alabo. Esta vez los responsables municipales de movilidad, lo han hecho bien. El problema que, durante unos pocos días, se había generado en la zona de Puerta Osuna y la Victoria, con el incomprensible cambio de sentido en la circulación de las calles, generó la protesta de los vecinos. Una medida que afecte a la movilidad, en una ciudad como Écija y en una zona próxima a un Centro Escolar, donde el caos circulatorio –sobre todo en horas punta- resulta antológico, no se puede tomar a la ligera. Al final, se rectificó y el responsable de hacerlo –que fue el mismo que, en un principio, la jodió- ha quedado como los propios ángeles.
Pero no debería dormirse en los laureles. Ahora tocaría enmendar otros desafueros que, me temo, también se provocan por acción o inacción del susodicho. Me refiero a los desatinos originados por conflictos e intereses personales y que, por un lado, se ha traducido en el aparcamiento para discapacitados –absolutamente innecesario en horizontal y que nunca antes había existido-, con el que se han inutilizado los poquitos que existían en batería y que aliviaban una zona tan concurrida como la calle Caballeros en su confluencia con la de Juan de Angulo, dejando habilitado en la misma un solo aparcamiento decente para toda la zona; y, además, restringido. No sé quien fue el lumbrera al que se le ocurrió la idea, pero se ha lucido que no veas.
En este caso, como en el de la calle Mendoza, también han protestado los vecinos –incluso por escrito-, ya que ahora se suelen ver en una grave disyuntiva: o aparcan en el Salón o tienen que hacerlo en la azotea. También, en este caso, todos los días se provocan atascos incomprensibles en una zona donde las horas puntas, más que puntas, llevan estiletes, porque en un radio de cincuenta metros, aparte de las viviendas de los vecinos, se ubican las sedes del Conservatorio de Música, la UNED, Hacienda, la Academia “Vélez de Guevara”, la de los Amigos de Écija, la de la Asociación Zulaija, el Hotel Los Granados, las oficinas de Correo, la Iglesia de Santa Ana,… Hay veces que se forma un taco, que dicen que han visto al angelote de la veleta de San Juan con tapones en los oídos por no aguantar el piterío. Debería tomar buena nota el responsable del asunto y dejar los aparcamientos como estaban (eso sí, dibujando en batería una reserva para discapacitados).
Pero ya puestos, a ver si -¡por fin!- acaban con la ocupación completa de vía –mucho más incomprensible- que algunos sábados, domingos y fiestas de guardar, hace un restaurante de la zona en la calle Arcipreste Aparicio
En ambos casos, el responsable o irresponsable que hubiere (que haberlo, “haylo”) podría aplicar el mismo rasero que en la Victoria y enmendar los desafueros que se cometen torpemente, inducidos por conflictos e intereses personales que no tienen nada que ver con el Bien Común. El pueblo se lo agradecería y yo le escribiría un artículo de alabanza, aunque nadie lo leyera.