Hace unos días, mi amiga Beatriz García-Pantaleón (magnífica actriz que, en “Sala9 Teatro”, le da la réplica a Alicia Carmona Sanjuan), me decía que todos los políticos son iguales y que, para no confundir, debería de haber un solo partido: el P.U., “Popusocialminista Unido”. Me hizo gracia su propuesta porque, después de tantos años en la vida pública, le doy toda la razón. Sin embargo, no pude evitar apuntillar la propuesta: “Bea –le dije-, mejor el P.E. “Popusocialminista Entremezclao”.
Si en algo no estoy de acuerdo con mi amiga es en la aseveración de que todos los políticos son iguales: creo que, aunque es cierto que todos los partidos parecen el mismo, por suerte no todos los políticos son iguales.
Winston Churchill se lo dejó claro a un joven diputado inglés que, en su primer día en la Cámara de los Comunes, se sentó junto a él y le soltó, con toda la ilusión e ingenuidad del novato: “¡Cuánto soñaba con este momento! Estar a su lado, frente a nuestros enemigos…” El Premier británico (inmerecido Nobel de Literatura, pero genial y ocurrente estadista), lo oteó desde la inmensa altura de su autoridad y su experiencia, y le espetó sin contemplaciones: “Joven, con el tiempo aprenderá que los que se sientan frente a usted, son sus adversarios políticos. Los enemigos, se sientan a su lado” (más o menos la anécdota vino a ser así… o así la recuerdo)
Esta es una realidad consustancial a todos los partidos políticos, porque a ellos llegan dos tipos de militantes: los que creen y luchan por una ideología, y los que saben y rampan por una parcela de poder. Los primeros, son los quijotes; los segundos, los pancistas (que no los sanchopanza). Aquellos, trabajan y se esfuerzan; éstos, se dedican a la apariencia y a vivir de putamadre… y, cuando a alguno de los quijotes se le ocurre poner orden, con la ilusión de que la Ideología triunfe sobre los cuatro gigantes de los politicastros (el Interés, la Mentira, la Manipulación y la Demagogia), los malditos pancistas lo apalean, lo machacan y lo hunden, como si fueran galeotes enrabietados.
Aunque los partidos políticos tengan ideas distintas, todos persiguen los mismos intereses, con idénticos métodos y vicios semejantes.
Creo que, precisamente el primer gran error de PODEMOS, ha sido el de intentar crear el Aparato sin la Participación Asamblearia (participación, no sólo prometida en las elecciones, sino base de su propia Identidad).
En cuanto al PSOE, lo de Pedro Sánchez aparenta ser un intento de que la voluntad de la militancia impere sobre la estructura del Aparato. Ojalá fuera, pero poco me fío de un invento que ha necesitado tantos fiadores de entre los más pancistas. Confiemos, pero con cierta cautela: ya veremos en qué queda todo esto.
…Y que nadie piense que lo que escribo es derrotismo porque sí, créanme. Es pura experiencia: el Partido P.E. “Popusocialminista Entremezclao”, podría existir perfectamente. A fin de cuentas, el Poder -en sí mismo- es una Ideología, y las navajas traperas no tienen nombre.
Francisco Fernández-Pro