Las elecciones en Écija, como casi siempre, han sido reveladoras pero jodidas. A los ecijanos nos gustan los gazpachos hasta en las urnas, aunque tengo por aprendido que, cuando votan, la mayoría casi siempre tiene la razón. Esta vez, sólo he lamentado una cosa -y lo he lamentado muchísimo-: que se haya quedado fuera del Consistorio Mónica Bascón. La conozco y sé que es una muy buena luchadora, bien preparada e incansable. Se ha batido el cuero durante estos años por Écija y no merecía haberse quedado en el zaguán por unos pocos votos.
Por los demás candidatos, me alegro. Sobre todo, por los que representaban a los grupos ya municipales y que he tenido la ocasión de conocer en esos dos últimos meses, cuando visitaron la Rebotica del Cojuelo. Confieso que tanto Eligio como Mario –que eran los que no conocía-, me sorprendieron muy positivamente. Al no pertenecer al Pleno, no llegué a entrevistarme con los representantes de Ciudadanos y VOX pero, como siempre, opto por el beneficio de la duda (para mí “tó er mundo es güeno”, mientras no se demuestre lo contrario).
Dicho esto, los felicito a ellos y felicito al Pueblo de Écija por seguir votando en libertad, siendo tan pajoleramente complejo (porque cuando vota así -dejándome como alelado-, despierta en mí una cierta ilusión, unas perspectivas expectante de “a ver qué pasa ahora”…) No se tomen lo que escribo a broma. Reflexionen un poco y a ustedes les pasará lo mismo:
Fíjense que si el PSOE ha conseguido 8 concejales y el PP 7 e intentamos aplicar la lógica establecida a nivel general sobre los llamados “bloques” (que a mí tanto me fastidian) de derechas e izquierdas… Tendríamos al PSOE sumando con IU y PODEMOS, con lo que sólo contaría con 10 votos y le faltaría uno para la mayoría absoluta. Por el otro lado, si el PP, sumara con Ciudadanos y Vox, le faltarían 2 votos… y, ahora pensemos, ¿cuál es el único grupo que los ecijanos han decidido que tenga 2 votos?: F.E… y, aunque Angelillo y los suyos proceden de la izquierda, siempre han demostrado que lo que, en verdad, les preocupa es ir por derecho con los intereses del Pueblo, ya sea por la izquierda como por la derecha.
Créanme que, en mis años de lectura sobre la Historia y en los que estuve en la Política, aprendí que una pequeña bisagra puede resultar fundamental para abrir una puerta de una tonelada. Es lo que ocurre ahora y a eso se le llama “poder de facto”.
Como el Angelillo sepa jugar sus cartas y le de por ponerse flamenco (con lo que le gusta a él), capaz es de acabar con la vara de mando del Ayuntamiento. A fin de cuentas, de sus dos votos depende la gobernabilidad de nuestra ciudad; y, por eso, durante los próximos cuatro años –de “facto”, de hecho-, en Fuerza Ecijana residirá el poder y él podría convertirse en el verdadero alcalde.