Fue la tarde del día 13 de marzo de 2013 (casi a la vez que se conocía el nombramiento del Papa Francisco) cuando en la reunión que celebraba nuestra Academia “Luis Vélez de Guevara” en la Biblioteca Municipal “Tomás Beviá”, se me ocurrió proponer como Académica de Honor a Doña Carmen Jiménez-Alfaro y Salas, esposa de Don Miguel Ángel Cárdenas Osuna al que, pocos días antes, nuestro Ayuntamiento había decidido nombrarlo Hijo Predilecto de nuestra ciudad. Me pareció justo el nombramiento, pero pensaba que se olvidaban de ella.
Los Estatutos de nuestra Academia contemplan que podrán ser elegidos miembros de Honor, aquellas personas que se hayan distinguido en la defensa, protección y conservación de nuestro Patrimonio; y qué duda cabe, que una parte muy importante de las iniciativas emprendidas por Miguel Ángel Cárdenas en nuestra Ciudad, se deben a la influencia de Carmen Jiménez-Alfaro que, a su lado, durante muchos años, ha impulsado tantos proyectos de protección, rehabilitación y mantenimiento de nuestro Patrimonio (aunque la mayoría de las veces los ecijanos no se hayan enterado de nada). Por eso se hacía necesario este homenaje: porque es justo que los ciudadanos sepan quienes son los que trabajan por ellos.
Los hombres nos dejamos llevar fácilmente por la envidia o la desmemoria. Como nos cuesta llegar a fin de mes, solemos despotricar contra los adinerados aunque, lógicamente, a todos nos gustaría tener dinero. Quizá sea este sordo rencor, nacido de un estúpido agravio comparativo, el que nos evita perdonarle su suerte a los que tienen; sin darnos cuenta, muchísimas veces, en que lo que tendríamos que valorar para ser justos, no es tanto lo que los demás poseen, sino cómo lo utilizan.
El matrimonio Cárdenas Jiménez-Alfaro, no sólo es que haya impulsado la ganadería equina de los pura raza española a nivel mundial, convirtiéndolo en uno de los más importantes patrimonios ecijanos, sino que durante años –casi en el más absoluto anonimato- han restaurado obras de arte, retablos, órganos, lienzos de murallas,…; han atendido necesidades de conventos, de hermandades, de asociaciones; culminando esta profusa generosidad, con la materialización de la que, quizá, es la empresa filantrópica más importante que, actualmente, tiene en marcha nuestra Ciudad: el Economato Social “Virgen del Valle”.
Me alegro que, pasados estos tres años desde mi propuesta, no sólo Carmen Jiménez-Alfaro, sino también Miguel Ángel Cárdenas, en el acto que el pasado jueves clausuraba nuestro Curso Académico, fueran nombrados y recibidos, conjuntamente, como Académicos de Honor de nuestra Corporación. Acto al que me fue imposible asistir por motivos de causa mayor. Sin embargo esa tarde, desde un hospital de Sevilla, mi pensamiento estuvo con ellos y con mis compañeros en el Palacio de Benamejí, no sólo porque me sentía satisfecho de haber dado el paso aquel 13 de marzo de 2013, sino porque -como ecijano y Académico- me sentía orgulloso de que nuestra Institución hubiera sabido -¡al fin!- hacer justicia con este matrimonio ejemplar que, de alguna forma, ha sabido devolverle al Pueblo, lo que del Pueblo recibieron.